XXI

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Toda la historia será narrada por la escritora.

La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente la habitación y revelando un escenario desordenado. Joshua despertó lentamente, sintiéndose cálido y confortable, acurrucado contra el cuerpo de DoKyeom. Su mente aún estaba embotada por el sueño y la felicidad de la noche anterior, donde habían compartido más que besos y caricias. La noche había sido intensa, y mientras recordaba lo que habían hecho juntos, una sonrisa apareció en su rostro.

Sin embargo, la tranquilidad no duró mucho. Un sonido agudo rompió el silencio, el timbre de un teléfono sonando persistentemente en la mesa de noche. Joshua entreabrió los ojos y miró a su alrededor, sintiendo una mezcla de confusión y una leve punzada de preocupación. Era el teléfono de DoKyeom, que seguía sonando sin tregua. Intentó volver a acomodarse, disfrutando de la calidez del abrazo, pero el ruido se volvió cada vez más insistente.

"DoKyeom, tu teléfono", murmuró Joshua, intentando apartar el sueño de su mente. No quería separarse de su novio, así que se acurrucó aún más contra él, disfrutando de su calidez.

DoKyeom se movió ligeramente, frunciendo el ceño. Finalmente, abrió los ojos, aturdido y parpadeando contra la luz del sol. "¿Qué...?", murmuró, con la voz aún cargada de sueño. Su mirada se encontró con la de Joshua, y una sonrisa involuntaria se dibujó en sus labios al recordar la noche. Pero entonces, el teléfono volvió a sonar, y el ceño de DoKyeom se frunció aún más.

"Maldita sea, es incesante", se quejó, estirándose para alcanzar el dispositivo y finalmente contestar. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, el sonido de otro teléfono sonando rompió el silencio. Era el de Joshua, que también empezaba a vibrar en la mesita.

Ambos se miraron, confundidos. Era extraño que recibieran tantas llamadas a la vez. Joshua levantó la mano y se rascó la cabeza, un poco inquieto. "Voy a contestar primero", dijo, tomando su teléfono y deslizando el dedo por la pantalla.

Mientras DoKyeom finalmente respondía al suyo, Joshua escuchó la voz familiar de su manager al otro lado de la línea. La sonrisa en su rostro se desvaneció rápidamente cuando las palabras comenzaron a fluir. "Joshua, necesitamos hablar", la seriedad en la voz de su manager lo hizo tensarse de inmediato. "Es sobre el contrato"

Por su parte, DoKyeom escuchó a su manager hablar, aunque las palabras eran un eco distante. Se sentía aturdido, aún pensando en la felicidad de la noche anterior, pero la expresión de Joshua había cambiado drásticamente, y eso lo hizo girar la cabeza hacia él.

"¿Qué sucede?", preguntó, el corazón comenzando a latir más rápido.

"Joshua, te estoy hablando en serio. Hay rumores y..." las palabras de su manager continuaron resonando, pero él no podía escuchar nada más. El eco de la última frase hizo que se le cayera el mundo a pedazos.

"No... No puede ser", susurró, sintiéndose como si el aire lo hubiera abandonado. Descolgó el teléfono, sintiendo que la realidad se hundía en su pecho.

Al mismo tiempo, DoKyeom colgó la llamada, sintiéndose igualmente abrumado. Se giró hacia Joshua, que ahora tenía lágrimas en los ojos. La preocupación en su rostro lo llevó a acercarse. "¿Qué pasó, amor?", preguntó con urgencia.

"Han cancelado nuestro contrato, DoKyeom", las palabras salieron de sus labios como un susurro roto, el dolor palpable en su voz. Los ojos de Joshua se llenaron de lágrimas, y en ese momento, la felicidad de la noche anterior se desvaneció como un sueño fugaz.

DoKyeom, sintiendo el impacto de la noticia, no pudo más que abrazar a Joshua, sosteniéndolo con fuerza mientras ambos temblaban. Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, y Joshua se aferró a él, buscando consuelo en su cercanía. Era un abrazo apretado, lleno de emociones contradictorias. La tristeza por lo que habían perdido, el miedo a lo que vendría, y la desesperación de sentirse atrapados en un sistema que parecía no permitirles ser felices.

The Model [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora