capítulo 5

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Aparco el coche fuera y llamo a Walid para que me cubra.

-¡¿Dónde te has metido?!
-¡Shhh! ¡Cállate! ¿Están todos en la mesa?
-No, aún no... se están sentando ¡Así que corre y sube a vestirte sin que te vea nadie entrar!

-Walid corre a mi habitación, abre el armario encontrarás una cuerda de unos cinco metros, lánzala por el balcón para que yo pueda subir por ella sin que nadie me vea.

-¡¿Porqué tienes una cuerda de cinco metros?!

-¡Deja de preguntar y suéltala! Sabes que no es la primera vez que me toca escalar o escaparme de noche...

-Esta bien, no cuelgues.

Se escucha como abre el armario y se pone a buscar la cuerda.

-No te vendría mal recoger el armario—Dice quejándose.

Subo la cabeza al balcón esperándo la cuerda caer pero de repente escucho unos pasos y me lanzó entre los arbustos.

-¡No tires la cuerda!—Le digo a Walid en voz baja.

En ese momento Walid se asoma por el balcón y ve a mi tío hablar por teléfono mientras que yo estoy tiradas entre arbustos y se empieza a reír.

-Sí, no queda mucho para que haga 19 años y vea lo que le ha dejado su padre antes de morir, pero seguimos sin encontrar el rastro de... bueno señor, será mejor hablar esto en persona.

Escucho las palabras de mi padre Farid
¿Se refiere a mí?

Se va caminando para dar otra vuelta al jardín y aprovechamos para soltar la cuerda y poder escalarla.

Subo apoyándome en las paredes hasta llegar a mi balcón y entro con la ayuda de Walid.

-Gracias, de una buena me has salvado—Le golpeo el hombro.

-Que...¿Que tienes en el cuello?—Intenta tocar la herida pero me aparto enseguida.

-Hablemos de eso más tarde...

Walid sale de mi habitación y me preparo para bajar a cenar.

Os preguntaréis ¿Porqué no entras por la puerta principal?

¡Ni en broma! Como me vea mi tío Farid entrar a estas horas estoy muerta.

Además, se supone que llevo toda la tarde en mi cuarto estudiando.

...

En la mesa Walid no me quita el ojo de encima ya que olía que algo iba mal y moría por saber de que trata mi herida que he conseguido tapar con maquillaje.

-Bueno familia, que aproveche, Bismillah...—Dice mi abuelo.

La mesa está llena de un sin fin de cosas, todos vestidos decentemente y disfrutando del ambiente familiar.

Me encantan estas risas que nos echamos en familia, bueno, hasta que me sacan el tema ;

-Y dime Yara, ¿No piensas casarte ya?

Me atraganto y Walid me pasa un vaso de agua mientras se ríe en silencio.

Miro a mi tía Hajiba, siempre hace la misma pregunta ¿Porqué?
Es simple, me quiere para su hijo Zaid.

Mi madre Naima se pone incómoda ya que ella no está de acuerdo con la idea de que me case con el primo Zaid.

-In Shaa Allah tata Hajiba, solo que aún no aparece un buen hombre.

Digo dirigiéndome a Zaid que no me quitaba ojo de encima.

-De todos modos, aquí tienes a mi hijo Zaid, todo un hombre.

Miro de reojo a Walid que ya me estaba mirando y explotamos a risas en la mesa.

¡Ahh señora! Si tan solo supieras lo que tu hijo hace...

-¡Yara, Walid! ¡Basta! Retiraros de la mesa—Dice mi madre Naima.

Subimos las escaleras a carcajadas silenciosas para que no nos escuchen.

Hasta llegar a la planta media donde se encuentran nuestras habitaciones y soltar un fuerte suspiro después de las risas.

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