🥀My Beauty Flower🥀Kinktober Genshin Impact🥀FemReader

🥀Tartaglia - Prostitution

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🥀Tartaglia🥀
Prostitution
Cronología: Genshin AU
Advertencias: Contenido Sexual, Lenguaje Sexual, Primera Vez, Prostitución, Mención de Trata de Menores.

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Como los barrios rojos de Inazuma, o el callejón del placer en Liyue, todas las naciones en Teyvat solían tener ese sitio apartado de en el que los adultos, fuesen muy adinerados o con el salario mínimo de sus trabajos, solían divertirse de cualquier forma posible que se pudiese imaginar.

Alcohol, sexo, tal vez incluso esas drogas ilícitas... Todo lo podrías encontrar ahí sin importar tu clase social.

Y Snezhnaya no era la excepción a esta regla, teniendo una calle tan larga en las afueras de la ciudad donde podías consumir todo eso y más, lejos del ambiente "familiar" que había en el centro de la Ciudad principal de esa nación.

A pesar de que todo eso parecía ser de índole ilegal, la verdad es que todos esos negocios estaban regulados de alguna manera, y si no, algún día lo estarían en cuanto alguien los delataste y tuviesen a cierto banquero del Banco del Norte pisandoles los talones a los insolentes que no pagarán sis impuestos como debían.

Y para tener este tipo de regulaciones, se solían mandar a varios agentes Fatui a revisar todo aquello, informando que todo seguía en orden.

Sin embargo, entre todo ese caos administrativo, una personita había quedado estancada en ello: Tartaglia, el más reciente Heraldo que se había incorporado a los Once.

Si bien, se suponía que esas tareas no le correspondían, de vez en cuando era bueno mandar a alguien más intimidante para apurar a los pagos y regulaciones de todo esos "curiosos" negocios. Después de todo, si por algo era conocido ese chico, era por ser un gran recaudador de deudas desde sus inicios como mero recluta entre los Fatui.

No era algo que le agradase del todo entrar a ese tipo de lugares, pero ordenes eran ordenes y debía de cumplirlas al venir de sus compañeros de escalafones más en alto.

Después de toda esa jornada tan atareada en un sitio donde abundaban los nobles infieles, los borrachos insolentes y ese peste entre mezclado de perfume fino y barato, Tartaglia había terminando por dejar que sus compañeros pudiesen descansar, algunos regresando a sus hogares, otros quedándose a curiosear por el sitio o, incluso, dejándose llevar por el ambiente extravagante que se mostraba.

Temporadas altas. Sí, se notaba al ver a todas esas bellas mujeres y preciosos varones seduciendo por las calles a cada persona que pasaba. Algunos parecían más recatados, otros no estaban interesados en el sexo, y algunos más caían directamente en la trampa.

Vaya, incluso manteniéndose al margen, era incluso divertido de ver como esos hombres se habían metido en tan mal negocio solo por lo urgidos que parecían estar en ese momento.

—Pobres de ellos. Van a terminar pagando un ojo de la cara por un servicio de mala calidad, todo por viciosos.

Escuchó de esa suave voz femenina, notando como una figura algo más pequeña que él se colocaba a su lado, llamando su atención.

Una chica más o menos de su edad, con una vestimenta muy sencilla a comparación de todas esas elegantes y hermosas mujeres, con esa expresión divertida y postura relajada al estar viendo el mismo escenario que él.

Llevaba con ella también lo que parecía ser una pequeña bolsa con ligero frascos, pero su contenido no era para nada esas pastillas que vendían en ese sitio, si no que, parecían más del estilo de la farmacia de la ciudad. Pastillas para algún tipo de dolencia, quizá.