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𝖼𝖺𝗉𝗋𝗂𝖼𝖾:

˙°˖🫐⋆

El reloj marcaba las tres y cuarto de la madrugada, Enzo quien se dormía boca arriba y soltaba ronquidos había a su lado un inquieto Julián quien no lograba aún reconciliar el sueño.

Su sueño era arruinado por un antojo. Tenía antojo de comer algo dulce. Lo quería ya. Necesitaba urgente.

Se levanta con cuidado de la cama y se dirige al refri, pero sus ojos pierden ilusión al solo encontrar frutas, algunas verduras y una que otra botellas de agua. Cierra decepcionado el refrigerio y se sienta en el suelo con ojos acuosos, necesitaba comer algo dulce ya mismo.

Esto de manejar los antojos no le estaba resultando nada fácil. Varias veces levantaba a estas horas a Enzo y no lo dejaba dormir hasta conseguir lo que quería comer.

Se levantó y se fue de nuevo a la habitación, al entrar vió a Jeremías dormir plácidamente como un bebé. Se acercó hasta a él y se subió a su regazo sin importarle nada.

—Amor, tengo un antojo.— No obtuvo respuesta, solo más ronquidos.—Amor, despierta. Bebé tiene hambre.—

Pero al no recibir nada comenzó a darle besos en todo el rostro del otro. Plantó varios más en su cuello, orejas  y en sus labios, pero aún no despertaba la piedra. Se estaba inquietando, parecía un niño chiquito cuando no le daban el dulce o juguete que ellos querían.

—Enzo Jeremías Fernández si no te despiertas en este instante juro que te voy a castrar y te voy a terminar.— Eso último se le salió sin querer.

Pero el bonaerense no daba signos de querer despertar.

El cordobés no le quedó de otra que morder uno de sus pezones.

—¡Ay ay! ¿Qué pasa por qué me muerdes?— Chilló Enzo mientras se sobaba la zona del dolor.

—Bebé antojo. Quiero algo dulce Jeremías.— Demonios cuando usaba su segundo nombre era un signo de advertencia y estaba enojado.

Pero bebé, son las...— Miró el reloj de su mesita de luz y marcaba las tres con treinta y cinco.— Son las tres y media de la madrugada, hay frutas en la nevera, ¿Por qué no comes eso?— besó sus mejillas con delicadeza.

Pero percibió unas pequeñas gotas mojando su pecho. DEMONIOS! ya la he cagado.— Exclama Enzo.

Con suma delicadeza alzó el rostro de su novio, quien tenía los ojos lagrimosos y sus mejillas coloradas por el llanto.

—No, no llores bebé, perdóname mi amor. ¿Qué quieres de dulce? Voy ya mismo a traerlo.— Apresuró a calmarlo con pequeños piquitos.

—Yo quiero una tarta de coco con mucho dulce de leche y también quiero maicenas.— Su cara que estaba en lágrimas cambió a una carita con una sonrisita divertida.

Fernández solamente asintió y rozó sus labios una vez más.

Carajo, ¿a dónde iba a conseguir lo que estaba pidiendo su amado?

—Bueno, déjame cambiarme y voy por tu dulce antojo bebé.—

—Te amo mucho. Te voy a esperar aquí en la cama.—

En ese momento Fernández se quería tirar desde un puente. Ya son casi las 4 am, a estas horas nada estaba abierto. Estaba rezándole al Señor de encontrar algo a su paso.

Salió de su casa y se subió al auto. En su celular trataba de buscar lugares que estuviese abierto, pero no logró nada. Mientras recorría en el auto pudo notar como un local se estaban prendiendo las luces y se encontraban personas descargando bolsas pesadas. Detuvo su auto frente a ellos y caminó hasta el lugar.

—Disculpe la hora señores, pero necesito de su ayuda—

Los hombres al verlo se miraron y preguntaron inseguros.

—Buenas madrugadas joven, ¿en qué podemos ayudar?—

—Gracias a Dios.— Susurra.— Necesito una tarta hecha de coco y dulce de leche y maicenas, mi pareja está en espera y ha empezado los meses con muchos antojos, necesito por favor esas masas dulces.— Rogó.

—Déjame preguntar adentro si tienen lo que buscas.—

Enzo rezaba de conseguir las masas dulces para su novio.

★★★

Julián rodaba en la cama nervioso. Necesitaba comer esas masas dulces, pero Enzo aún no llegaba. Se empezó a comer las uñas por la ansiedad, pero la puerta sonó cuando las llaves fueron colocadas en el cerrojo.

—Mi amor, ¿sigues despierto? traje tus delicias.—

Julián al ver a Enzo cubierto con algo de harina en su cara y ropa empezó a carcajear.

—¿A dónde te metiste, acaso horneaste?—

—Ríete nomás, y yo que hice el sacrificio de traer tu antojo. Ahora me las voy a comer yo.— Se sacó la remera, se recostó en la cama y sacó unas de las maicenas de la bolsita.

—Amor son mis antojos, no son para ti.— Julián se subió de nuevo a su regazo e hizo un pequeño mohín.

—¿Mi recompensa cuál es?—

Álvarez juntó sus labios.

—Bebé feliz, mamá feliz. Gracias mi amor.— Sin más comenzó a comer la porción de tarta de coco.

Enzo posó sus manos en la cintura de su pareja y trazó con sus dedos pequeños círculos en el lugar.

—Los amo. Haré lo que sea por ti y por nuestro bebé.— Bosteza.

—Ve a dormir, yo terminaré esto y luego dormiré.—

Pero Enzo ya estaba de nuevo con sus ronquidos. Julián río bajito y siguió comiendo sus masitas.

★★★

Wenass, dejo esto por aquí y espero que disfruten. BWKEIEUR DIJE QUE IBA A ACTUALIZAR DENTRO DE CINCO DÍAS Y ESTOY ESCRIBIENDO AL DÍA BWISJEEJIEJE. Bueno lo hago porque me estoy haciendo el loco y dentro de dos días tengo un parcial jijijiji
No olviden dejar su votito y compartir.

Besos en la cola a todos.

🩵🤍🩵

𝖻𝖺𝖻𝗒 𝗈𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗐𝖺𝗒 | ★ 𝐸𝑛𝑧𝑢𝑙𝑖𝑎𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora