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¡ 𝖡𝗈𝗎𝗇𝗃𝗈𝗎𝗋 𝗊𝗎𝖺𝗍𝗂𝖾̀𝗆𝖾 𝗆𝗈𝗂𝗌 !

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Oh sí. Bienvenido cuarto mes. Julián al fin puede apreciar que ya no hay vómitos, ni cambios de humor, y ni siquiera pensar en comer dos o hasta tres veces. Gracias Señor por darme un respiro.

Se había levantado con buenos ánimos, se duchó y fue a preparar el desayuno para él y su novio, quien todavía roncaba como carcacha descompuesta.

Durante este mes, Álvarez había guardado reposo y una dieta sana. Su doctora aseguraba de que su estado estaba yendo seguro, y el desarrollo de su bebé iba demasiado bien.

Encendió el reproductor de música y empieza a sonar su canción favorita de Lana del Rey: Cherry. ¿Acaso tenía ganas de coger? o ¿Era algo hormonal del embarazo? Sonrió ignorándolo y comienza a realizar la preparación de sus panqueques de avena.

Sin embargo, durante este tiempo Julián tenía un pequeño obstáculo: era estar con desgana durante todo el día.

Más que nada dejó de salir por el cuidado de su embarazo, tanto su doctora como Enzo, insistía que debería estar en casa en reposo y estar atento a cada actividad que realizaba. Pero el cordobés se aburría en estar en casa esperando a que su pareja regrese de los entrenamiento, y cuando podían los muchachos iban a verlo en la casa. Él extrañaba pelotear con los muchachos, quería volver a la cancha cuanto antes posible.

Pero nadie entendía que solo estaba por tener a un bebé y no estaba inválido !

Chistó con algo de bronca y la sartén que sostenía en su mano caía con algo de brusquedad en la hornalla soltando chirridos por el golpe.

—Wow! Wow! Amanecimos brava hoy, no?— Enzo suelta medio adormecido, se posa detrás de Julián y apapacha a su novio.

Pero eso hizo que todo el buen humor que tenía hizo que derramara el vaso con agua.

—Mira, agradece que no te haya mandado a la loma del orto, Enzo Fernández.— Rezonga y dejaba con brusquedad los panqueques en el plato.

—Primero que nada, buen día mi amor, ¿cómo amaneciste tú y el bebé?. Segundo, ¿necesitas que te ayude en algo?— Jeremías prefería vivir antes que morir y observar como su novio lo mata con la mirada.

—Lo siento, en unos momentos estará el desayuno. Vé a sentarte.— Oh oh, ¿qué cagada me abré mandado— Piensa el bonaerense.

Sin más deposita un beso en la frente de su novio y se encarga de colocar la mesa, para no hacer renegar a su bizcocho.
Cuando Julián termina de apagar la cocina, coloca algo de miel en su deliciosa preparación y algunos arándanos que tenía de sobra. Enzo le tira una seña para que se sentara en su pierna y sin reproches accedió.

—Dime bebé, tienes algo que contarme?—

Al principio Julián no contesta, pero también su lengua picaba por sacar esa queja.

—Extraño estar en la cancha, amor.—Suspira—. No salgo porque sé que estoy cargando un bebé, y tengo miedo de que haga algún movimiento inadecuado y pierda a nuestra hijo. Me aburro al estar en casa solo, la doctora dijo que puedo hacer actividades, y quiero hacerlas contigo, pero no quiero distraerte porque estás a nada de que comiencen los partidos de la Conmebol y— Fernández lo calla posando su dedo índice en sus labios.

—Tú no eres ninguna molestia, eres mi pareja y estás gestando a nuestro hijo. Jamás te dije que eres un inválido. Y de las actividades, por más que llegue cansado vamos a ir igual. ¿Todo claro?—

Dios, ¿este es mi hombre?. Pero por supuesto que sí.

—Sí, claro como el agua.— Sonríe con las mejillas ardiendo—. Me he inscrito en clases de yoga en el agua, es el miércoles a las 19, ¿podrás ir?— Comenta  mientras acerca a los labios de Enzo un pedazo de panqueque.

Jeremías asiente.— Salgo de entrenar y vamos.—

—Gracias, y perdón por esto.— Se esconde en el cuello de su pareja como un cachorro.

—Jamás te disculpes, yo te preñé y como papá responsable haré todo lo que tenga a mi alcance.—Deja una hilera de picos en todo su cuello, hasta llegar a sus labios.

—Te amo—Suelta enredando sus brazos en el cuello de Enzo—. Antes que te vayas a entrenar, puedo pasar a saludar a los chicos? Y de paso quiero comprar algunas cosas para la casa.—

—Bizcocho no tienes porque pedirme permiso. Pero ten cuidado con los reporteros chismosos, aún no se nota tu pancita pero no dijimos nada sobre tu estado.—

—Lo sé, bebé. Vamos, termina tu desayuno que vas a llegar tarde.— Deposita varios picos en todo su rostro.


★★★


El chismerio que se armó con Enzo mientras me estaba muriendo 👀 (me estaba enfermando pero ya me recuperé)

Acá en la Argentina no te podes aburrir que pasa de todo.

Espero disfruten el capítulo, y no olviden dejar su votito y compartir.

Besos en la cola a todos.

🩵🤍🩵

𝖻𝖺𝖻𝗒 𝗈𝗇 𝗍𝗁𝖾 𝗐𝖺𝗒 | ★ 𝐸𝑛𝑧𝑢𝑙𝑖𝑎𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora