Taehyung besaba esos labios regordetes como si estuviera degustando el mejor postre de la vida. La habitación, a media luz, se llenaba de risas y suspiros, el ambiente era justo lo que necesitaban.
Metió las manos dentro de la camisa de Jin, sintiendo su piel suave. Era como tocar un marshmallow, y no podía evitar reírse.
—Tae... —murmuró Jin entre besos, con una sonrisa traviesa.
—Mmhh —respondió Taehyung, demasiado perdido en el momento como para pensar en otra cosa.
Decidido a darle un giro a la situación, lo empujó suavemente sobre la cama.
—Quiero que me folles —le dijo Jin, su voz baja y sexy hizo temblar al pelinegro.
Taehyung sintió que sus pantalones estaban por reventar.
Sin pensarlo, tomó la camisa de Jin del cuello y, en un impulso, la abrió, rompiéndola y dejando al descubierto el abdomen del castaño.
Jin se quedó boquiabierto, sorprendido.
—Yah, ¡Kim Taehyung! —gritó, indignado—. ¡Era mi camisa favorita!
—¿Qué? —parpadeó Taehyung confundido, aún con la adrenalina recorriéndole el cuerpo. Miró a Jin, que lo fulminaba con la mirada.
—Esta camisa... —murmuró Jin, indignado—. Era la camisa que me regaló mi padre antes de fallecer.
Antes de que Taehyung pudiera defenderse, todo se desvaneció y, de repente, despertó en su cama, envuelto en las sábanas como un burrito.
Con un suspiro, miró al rededor, dándose cuenta de que solo había sido un sueño.
Aunque todo había sido un sueño, Taehyung no podía sacudirse el sentimiento de culpa. Decidió que lo mejor era disculparse antes de seguir sintiéndose peor. Así que, sin pensarlo mucho, se levantó de la cama y caminó directamente hacia la habitación de Jin.
Golpeó un par de veces la puerta hasta que el castaño abrió, quedando frente a frente.
Taehyung parpadeó, tratando de no distraerse por lo lindo que lucía Jin recién levantado, con el cabello despeinado y una expresión suave. Sacudió la cabeza, ordenando sus pensamientos.
—¿Quieres pasar? —preguntó Jin, haciéndose a un lado para dejarle espacio.
—Gracias —dijo Taehyung, entrando y quedándose parado en medio de la habitación—. Tengo que decirte algo.
—¿Sí? —preguntó el castaño, mientras caminaba hacia el estante donde tenía su organizador de pastillas, sacando una y bebiéndosela con un vaso de agua.
Taehyung se paró derecho, colocando sus brazos a cada lado y se inclinó respetuosamente ante su mayor.
—Perdóname por romper la camisa.
Jin lo miró con el ceño fruncido, claramente confundido.
—¿Qué camisa? —preguntó, sin entender.
—La camisa de tu padre —contestó Taehyung, su tono serio y lleno de arrepentimiento.
—¿Qué? —dijo Jin, sorprendido.
—Te juro que no fue mi intención. Simplemente... me dijiste...
—Taehyung —lo interrumpió Jin, completamente incrédulo.
—¿Sí? —respondió Taehyung, tratando de mantener la compostura.
—¿Dijiste que rompiste la camisa de mi padre?
—Así es. Escucha, me dijiste que te follara y yo...
—¡Taehyung! —gritó Jin—. Estoy usando la camisa de mi padre ahora mismo.
Error.
Taehyung sintió que su rostro se encendía de vergüenza. No había mencionado que todo fue un sueño, y Jin lo miraba como si estuviera completamente loco.
Nervioso, removió la cánula de oxígeno de su nariz y soltó un suspiro profundo.
—Lo sien...
—¡Kim Taehyung! —gritó una tercera voz dentro de la habitación, interrumpiéndolos de golpe.
Ambos se voltearon y encontraron al enfermo en la puerta, con los brazos cruzados y una expresión de poco amigos.
—¿Qué están haciendo despiertos a estas horas? ¡A sus camas, los dos! Y, Taehyung, ponte de nuevo la cánula, no es para jugar.
Taehyung, rojo de vergüenza, hizo un saludo militar.
—¡Sí, señor!
Jin simplemente suspiró, mientras Park Jimin seguía regañándolos.
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Cánula nasal: Es un dispositivo que se utiliza para administrar oxígeno suplementario o aumentar el flujo del aire a un paciente o persona que necesita ayuda respiratoria.
Vani.