𝑪𝒉𝒊𝒏𝒂 𝒙 𝑹𝒖𝒔𝒊𝒂 ☜☆☞𝟹𝟶 𝚍𝚒́𝚊𝚜 𝙾𝚃𝙿

3 - Durmiendo

Entre besos y suspiros por parte de ambos, sus anatomías terminaron por reposar en el sofá, más bien, solo era el ruso quien se acomodaba en el mueble, mientras el asiático se sostenía con sus brazos para no aplastarlo, y seguir degustando de sus labios. tiernos.

La música siguió su curso, al igual que los minutos y los gatos que se paseaban en la sala como si su dueño no estuviera en una sesión de besos algo intensos con el extranjero.

—Mnh~ Ah... Dios... espera...— Se separo repentinamente el de cinco estrellas.

—¿Q-que?...— Cuestionó curioso.

—Yo... Dios... no puedo... faltarle el respeto a esta casa...

—Ah...

Ciertamente, ninguno se había detenido a pensar más que en ellos, y ahora un poco de remordimiento descansaba sobre Rusia, estaban en la casa de su padre, la memoria lo mantiene vivo en esta.

—El...creo que estaría feliz..

—¿Qué dices?

—Si, no creo que haya preferido que..., no se, salga con... Alemania.

—Dices que... Urss estaría de acuerdo, en que te cortejara?— Vio a su menor asentir, soltando una leve risita. —Quizás... estaría un poco aliviado.

En las circunstancias, quizás si el sindicato mayor se enterara, le causaría un alivio, ¿Verdad?, ¿Quién más que el para cuidar a su hijo?.

—¿Te quedaste a dormir?

—¿Q-que?— Se levantó del sofá algo nervioso. —No... yo creo... ha... Rusia...— Volvió a sentarse tomando las manos del menor —Yo recuerdo siempre a tu padre, y lo respeto en muchos sentidos, te quiero... mucho, más de lo que imaginas, pero no quiero faltarle el respeto a Urss....— Guió las manos del tricolor hacia sus labios para dejar un beso en cada una. —Oye... ja.. a todo esto..., ¿Por que me devolviste el beso?

Con toda la emoción del momento sentí que habían ido demasiado rápido, le hubiera gustado que se diera de una forma diferente, pero quizás mientras más lo hubiera planeado, más se hubiera demorado.

El ruso suena levemente, bajando la mirada unos instantes.

—No lo sé..., me gustó... pero... no estoy seguro de lo que siento, si te soy sincero, yo... agh... creo que el vino se me subió a la cabeza..— quitó una mano para pasarla por su frente, ciertamente había ciertas gotas de sudor en esta, el ambiente era cálido, demasiado, y el sonrojo en sus mejillas aumentaba su calor.

Sin embargo, esas palabras para el chino hicieron que se sienta peor de lo que ya se sentía, tomando la mejilla del ruso para que lo vuelva a ver.

—No te gusto, ¿Verdad?...

—...N-no no- ¡Sí! ¡Digo-!

El mayor esbozó una ligera sonrisa, tomando el mentón ajeno con delicadeza para acercarlo y besar sus labios una vez más.

—No digas más... yo haré que... estés seguro de tu respuesta una vez te vuelva a preguntar...— Dejó un último beso en los labios contrarios.

El ruso quedó anonadado con su sentencia, viendo al contrario levantarse, relamiendo sus labios adormecidos por la sesión anterior.

—Ah, ¿A donde vas?— Se levantó por igual, siguiéndolo al verlo tomar sus cosas.

—Ya es algo tarde, debería irme, duerme temprano, ¿Si?

—Ah... vale... ve con cuidado...

Lo guio hasta la puerta, despidiéndose de él como solía hacer, solo que esta vez el chino rompió con la tradición, dejándole un dulce beso en la mejilla.