𝑪𝒉𝒊𝒏𝒂 𝒙 𝑹𝒖𝒔𝒊𝒂 ☜☆☞𝟹𝟶 𝚍𝚒́𝚊𝚜 𝙾𝚃𝙿

4- Chupón

Al despertar no estaba seguro de que tanto hizo o dijo, pero sabía que era casi medio día.
Saltó de la cama a bañarse, refrescar su mente con agua frío lo ayudó a repasar los recuerdos de la conversación en llamada, pero había algo que recordaba a la lejanía, estaba tan cansado que no sabía si había quedado con ir a su casa, o el asiático vendría a la suya.
Pero ya le escribiría mas tarde.

Por el momento se concentro en cambiarse y alimentar a sus gatas, reordenar la casa y almorzar algo rápido, luego de cada tiempo de reuniones siempre tenían trabajo acumulado, y a pesar del estrés, no podía arruinar el buen humor con el que despertó.

Por otro lado, el chino despertó temprano, ya estaba acostumbrado, a las ocho de la mañana ya se estaba duchando, meditando y desayunando.

Para el medio día se concentró en el almuerzo, cocinando con ánimo disfruto de los alimentos en su sala, revisando el perfil del ruso por chat, no era sano para nada, pero fue la experiencia mas grata y bonita que había tenido con el.

-Mh...

Una risa al aire y el sol calentando su hogar a través de las ventanas.
Quería ayudar al ruso, pero mover y esconder ciertas cosas de su casa iban a demorar más las cosas, y estaba interesado en que el ruso enfrentara su pasado.

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Miraba con ojos nerviosos el cofre en el asiento de co-conductor, suspirando para relajarse, el camino se acortaba más y en poco tiempo ya estaba frente a la casa del asiático.
La fachada era elegante con la simpleza de lo tradicional, sin duda un paisaje melancólico.
Bajó del auto, entre sus manos aquel cofre con cerradura ya abierta, no fue necesario tocar, el asiático lo recibía en la puerta, dedicándole una perfecta reverencia.

-Bienvenido, Rusia.

-Ho..hola... mg... buenas noches, China...

Ambos se quedaron en la entrada, en un silencio incómodo, sin embargo no iba a ser permitido por el asiático, quien se acercó para tomar una de sus manos y besar el torso.

-Recuerda que estoy contigo... quiero.. que crees nuevos recuerdos aquí, unos más alegres

Un sonrojo no tardó en decorar ambas mejillas eslavas.
Es verdad, recordaba bajar de un auto, con sus hermanos corriendo dentro la casa asiática, su padre recibiendo una reverencia y apretón de manos por parte del anfitrión, pero esto era nuevo, una reverencia y un beso en la mano.

-Mnh... gracias...

Sonrió leve, ambos ingresaron, dejando que el de ojos celestes inspeccione todo detenidamente, no sin antes quitarse los zapatos en la entrada, paseaba sus ojos por las paredes de la casa, algunos retratos de dictadores, algunas estrellas comunistas, algunos decretos, letreros con palabras chinas, calendario chino.

-Esa es... una propaganda?

Preguntó agraciado, señalando el viejo afiche en una de las paredes.

-Ah, si, me gustó mucho en su tiempo.

-Claro...

Ahora se acercó a las cómodas y mesas, tenía ciertos cuadros con el chino de joven, algún dictador, y no faltaba su padre junto a sus hijos, y otros aliados y ex-aliados.

-Esto fue en el festival de año nuevo chino...

Le recordó, admirando una de las fotografías donde el junto al soviético y el grupo de 5 niños vestían trajes tradicionales chinos.

-Si lo recuerdo....

Ambos contemplaron la imagen, con sonrisas nostálgicas y leve emoción en sus cuerpo.