Si, un cap especial, ¿Porque? Por que SÍ
Porque no se me ocurre que más escribir.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.Sombras en el Reino
El sol se alzaba sobre el reino de Eldoria, iluminando los extensos jardines del castillo. Sarvente, la joven princesa, caminaba lentamente entre las flores, su corazón ligero a pesar de las sombras que parecían cernirse sobre su hogar. Su amabilidad era conocida por todos, y a menudo se decía que su risa era el sol que iluminaba el día. Sin embargo, en su interior, una inquietud crecía. Las historias sobre la creciente maldad en el reino la perturbaban.
Mientras tanto, en una de las torres del castillo, Sarvin, su hermano, contemplaba la ciudad desde la ventana. Su mirada fría y calculadora revelaba poco de lo que realmente albergaba. Aunque era un príncipe, se había ganado la reputación de ser cruel, y sus ambiciones lo llevaban a tramar oscuros planes. ¿Por qué perder el tiempo con bondades? solía decir. Su mundo giraba en torno al poder y el control.
Al caer la noche, los rumores de criminales en los alrededores del castillo eran cada vez más frecuentes. Entre ellos se hablaba de Ruv y Ruvina, dos hermanos que habían dejado un rastro de sangre a su paso. Se decía que eran tan implacables como letales. Ruv, con su imponente figura y mirada gélida, era temido por muchos; su seriedad era como una sombra que ahogaba la esperanza. Ruvina, aunque menos musculosa, poseía una agilidad sorprendente y una precisión mortal que la hacían igualmente temible.
Esa noche, Sarvente decidió investigar los rumores. Sintiéndose atrapada en un mundo de intrigas y secretos, su curiosidad la llevó más allá de los muros del castillo. Se adentró en el bosque cercano, donde las sombras danzaban entre los árboles. Allí, encontró un claro donde una fogata iluminaba la oscuridad.
A lo lejos, divisó a Ruv y Ruvina, discutiendo en voz baja. La princesa se ocultó detrás de un arbusto, su corazón latiendo con fuerza. ¿Qué planes tramáis? se preguntó, intrigada.
Ruv: La ciudad caerá, y cuando lo haga, será nuestra.
Ruvina: No debemos subestimar al príncipe. Tiene más recursos de los que parece.
Sarvente sintió un escalofrío recorrer su espalda. La intensidad en la voz de Ruv era como un presagio de lo que estaba por venir. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso atrás, un crujido en la maleza la delató. Los hermanos se giraron, sus miradas fijas en la princesa.
Ruv: ¿Quién está ahí?
Sarvente, con el corazón en la garganta, se dio cuenta de que su curiosidad la había llevado a una trampa mortal. En ese instante, un rayo de luna iluminó su rostro, revelando su identidad.
Ruvina: ¿La princesa? ¿Qué haces aquí?
Sarvente, a pesar de su temor, mantuvo la calma.
Sarvente: He venido a entender lo que está sucediendo en nuestro reino.
Ruv, con su expresión imperturbable, se acercó un paso. La presión de su presencia era abrumadora.
Ruv: Entonces, has venido al lugar adecuado.
Así comenzaba una historia de intriga y peligro, donde las alianzas se pondrían a prueba y el destino de Eldoria pendía de un hilo.
(abra un pequeño cambio en la forma de escribir ya que creo que así se leerá un poco mejor)
El aire se volvió denso y tenso cuando los soldados rodearon el claro, sus armas brillando bajo la luna llena. Sarvente sintió que el miedo se apoderaba de ella, pero la determinación también comenzó a aflorar. Sabía que debía actuar rápido.