Dos chicos enamorados entre sí, aunque no de una manera muy sana, Urano y Neptuno, enfermos de amor uno por el otro, pero a pesar de eso, hay personas en las que se involucran con alguno de los dos. El estar juntos por el resto de sus vidas tal vez...
Oh Urano... Eres tan hermoso y perfecto, que hasta enamoras a cualquiera... Me dan muchos celos verte con alguien más que no sea yo, que alguien esté tan cerca de ti... Cómo ese estupido enano, agh, nadie comprende que tú eres solo mío y de nadie más. Ahora tendré que encargarme de otro estorbo que se ha acercado de más, no me importan las personas que tenga que eliminar por ti, solo espero que no sean demasiadas.
Juro que ese tal Mercado o como se llame no se acercará mucho, y tan pronto como lo eliminé me acercaré más a ti mi amado ♡~
(Aspecto de Mercurio:)
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Neptuno había llegado a la escuela, tenía un plan perfecto para deshacerse de Mercurio, quería parecer que todo fuera un "accidente", así que fue al lugar favorito de Mercurio, la biblioteca, usualmente pasaba tiempo ahí, después de haber hablado con Urano.
Mientras iba hacia allá chocó con alguien, cuando se levantó intentó disculparse, pero el chico ya se estaba yendo, pensó si ir por él, pro la verdad eso ahora no era su prioridad, así que
Cuando llegó, pensó bien lo que haría, sabía que usualmente buscaba en un librero algo que le interesara, así que movió el librero de atrás ya que empujaría el otro cuando estuviera ahí.
Después de esperar durante un tiempo, Mercurio llegó, pero con un poco de compañía, así que antes de hacer cualquier cosa, sacó a todas la persona de manera amable, para que no hubiera testigos.
Al terminar de hacer eso, esperó el momento exacto para empujar el librero, cuando Mercurio estaba ahí, lo empujó, haciendo que cayera sobre el de baja estatura y aplastandolo, había un gran charco de sangre ahí, antes de salir, puesto una cara asustada, saliendo corriendo de ahí hacia los profesores.
— Maestra... Acaba de pasar algo ho-horrible en la bi-biblioteca — dijo fingiendo estar asustado y preocupado.
— Tranquilo, ¿Qué acaba de pasar? —
— Estaba en la bi-biblioteca buscando un libro y pude ver que a u-un compañero le ca-cayó uno de los libreros encima.
— No puede ser, iré de inmediato a verificar —
Neptuno por dentro estaba sonriendo, su plan estaba yendo muy bien, sabía que ahora se tardarían un poco en iniciar las clases, así que fue al salón de Urano, desde ese día quería dejar notas o regalos en su escritorio, tal vez y si descubría que era él quien le daba esos detalles caería rendido a sus pies, aunque de por sí no era tan necesario, pero igualmente lo hacía.
Estaba buscando a Urano, hasta que mientras buscaba en su salón, vió una nota también, fue a ver de quién era, pero no tenía más que para quien era dirigida.
Neptuno veía la carta una y otra vez, sentía que conocía la letra, pero era algo difícil de diferenciar, aunque le daba un poco de curiosidad esa persona, y su era Urano, estaría realmente feliz de haberla recibido.
Después de buscar un poco más, pudo ver a Urano en su salón, viendo la carta que le había dejado, estaba un poco sonrojado, pero logró ocultarlo.
Cuando Urano salió de ahí, vió a Neptuno y lo saludó con una gran sonrisa, éste correspondió el saludo. Hablaron por unos pocos minutos hasta que sonó la campana para entrar a clase.
Fue un día largo, Neptuno volvía a casa tranquilamente, el camino estaba realmente tranquilo, pero sentía una mirada clavada en él, así que volteo, pero no había nadie, así que pensó que era su imaginación.
Pero en realidad, era Urano el que lo seguía y no le quitaba la mirada de encima, veía con detenimiento cada aspecto de su amado, realmente era el más lindo para él, pero aún tenía miedo de declararse, y hace poco, mientras lo seguía, pudo escuchar a dos chicos hablando sobre él y Neptuno, no pudo escuchar bien lo que uno decía sobre él, solo su nombre, pero sí pudo escuchar al otro, Marte, y aquí viene otro agregado a lista de obstáculos en su historia de amor.
