6.Coqueteo.

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Becca caminaba por los pasillos de Auradon con la misma seguridad que siempre, pero ese día algo en el aire se sentía diferente

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Becca caminaba por los pasillos de Auradon con la misma seguridad que siempre, pero ese día algo en el aire se sentía diferente. Quizás era la forma en que las miradas de los estudiantes se posaban sobre ella con más intensidad que de costumbre, o quizá era la pequeña anticipación que sentía cada vez que recordaba su última conversación con Mal. Lo cierto es que la atención ya no le sorprendía. Era algo que había aprendido a aceptar desde que era una niña: dondequiera que iba, atraía miradas. Pero había una en particular que buscaba entre la multitud.

Sus ojos, de un rojo intenso, escanearon el pasillo con rapidez hasta que la encontró. Mal, de pie junto a su casillero, con la cabeza ligeramente inclinada mientras dibujaba algo en la puerta metálica. Becca no pudo evitar sonreír, un gesto sutil que no pasó desapercibido para los demás, pero cuyo verdadero significado solo ella entendía. Había algo fascinante en ver a Mal tan concentrada en una tarea tan mundana, y aunque Becca no era del tipo que se detenía a apreciar detalles pequeños, algo en esa escena la hizo detenerse.

Decidida, Becca se abrió paso entre los estudiantes que seguían lanzándole miradas, sin perder nunca su porte confiado y elegante. Al llegar a donde estaba Mal, sus ojos se posaron sobre el dibujo. No esperaba ver algo tan... hermoso. Mal tenía talento, y eso solo incrementó la curiosidad que Becca ya sentía por ella.

—¿Qué tenemos aquí? —Becca habló con su tono habitual, ese que siempre cargaba con un toque de arrogancia y seguridad. Inclinó la cabeza para ver mejor el dibujo, fingiendo desinterés aunque en realidad estaba impresionada.

Mal levantó la mirada, y Becca pudo ver cómo los ojos de la chica brillaban con ese tono verde intenso que tanto la intrigaba. Era casi como si el brillo fuera una reacción involuntaria, una especie de respuesta física al simple hecho de estar cerca de ella.

—Oh, nada importante —respondió Mal, aunque su tono no era tan casual como intentaba aparentar. Había algo en su postura, en la forma en que intentaba mantener la compostura, que delataba lo que realmente sentía. Becca lo notó, y disfrutó cada segundo de ese juego silencioso.

—No parece nada —Becca señaló el dibujo con una sonrisa juguetona—. Tienes talento, Mal.

Mal se encogió de hombros, pero Becca pudo ver la leve sonrisa que intentaba esconder.

—Es solo un pasatiempo —respondió la chica de cabello púrpura, pero la forma en que sus ojos seguían brillando dejaba claro que las palabras de Becca la habían afectado.

Becca se acercó un poco más, acortando la distancia entre ambas de una manera que no podía interpretarse como accidental. Sabía lo que estaba haciendo, y lo hacía con maestría. El coqueteo entre ellas era casi descarado en ese punto, pero Becca se mantuvo firme, sin dejar que su propio nerviosismo se mostrara. Porque sí, aunque jamás lo admitiría, había algo en Mal que la ponía ligeramente nerviosa. Y eso no era algo que Becca experimentara a menudo.

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⏰ Última actualización: Oct 20 ⏰

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