Fluke no quería pensar en lo que acababa de pasar. Era incapaz de volver a la habitación. Se dio una ducha rápida y se puso un traje
sencillo de lino blanco con ribetes azules. Se peinó un poco, se hizo una
coleta elegante y fue hacia la puerta.Al llegar al final de la escalera se encontró con una empleada. Lo
estaba esperando.—Señor Thitiwat, su marido lo espera en las galerías.
Fluke le dio las gracias y tomó el último tramo de escaleras. Las galerías abarcaban toda la longitud de la casa. Eran tan amplias que en el siglo XIX habían albergado un salón de baile. Ohm estaba en medio de la enorme sala, hablando con otro hombre. Ambos se volvieron y lo miraron, pero él solo tenía ojos para Ohm. Le necesitaba, le quería,
le amaba, demasiado.Con el corazón desbocado, atravesó el salón. Las alfombras persas ahogaban el sonido de sus pasos.
—Todo va a salir bien —le susurró él disimuladamente cuando lo tuvo a su lado—. Te lo prometo.
Al oír esa voz fiera, resolutiva, supo de repente cómo se había enamorado de él.
—Sí —murmuró, consciente de que en otro tiempo él lo había sido todo para Fluke, su esperanza, su felicidad, su futuro. Echaba de menos esos días. Echaba de menos sentir que su lugar
estaba junto a alguien. Una luz parpadeó en la mirada de Ohm.—Fluke, este es Rowan Argyros, de Dunamas. Rowan, mi esposo,
Fluke Natouch Thitiwat.Fluke miró al desconocido y se llevó una enorme sorpresa. ¿Era ese Rowan Argyros? ¿Era el presidente de Dunamas Maritime Intelligence? Arrugó el entrecejo. No podía esconder la estupefacción. Argyros no era nada de lo que esperaba. Parecía un modelo, sacado de la portada de una revista, o de una pasarela parisina.
—Señor Thitiwat —dijo Rowan, extendiéndole la mano.
Fluke se la estrechó con firmeza y le soltó rápidamente.
—Señor Argyros —le dijo—. Me gustaría mucho saber algo sobre
mi padre. Ohm dijo que tenía noticias.—Así es —dijo Rowan, mirándolo a los ojos.
Su voz sonaba dura y su expresión resultaba tan fría y hostil como la suya.
Fluke arqueó las cejas. Ese tono gélido y el aire de superioridad eran reconfortantes. No se hubiera fiado de él si hubiera sido amable y cálido.
—¿Está vivo?
—Sí. Tengo una grabación tomada esta misma mañana.
—¿Cómo la ha conseguido?
—¿Acaso importa?
—No.
Fluke sintió que las rodillas le temblaban. Dio un paso atrás. El
corazón le latía con tanta fuerza que apenas podía respirar. Durante un momento, se hizo el silencio.—¿Y está bien? ¿Se encuentra bien de salud?
—¿Qué pasa ahora?
—Sacamos a su padre y le llevamos al sitio que nos diga.
—Pero ¿cómo vamos a hacer todo eso?
—Tendremos que llamar a su contacto, el de Somalia, y usted va a
decirle que quiere hablar con su padre. Le dirá que necesita pruebas de que está vivo si quieren conseguir los seis millones.—No me dejarán hablar con él. Ya lo he intentado.
—Lo harán —dijo Ohm de repente—. Si creen que estás dispuesto a darles los seis millones.
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Traición insuperable
FanficSolo le quedaba una cosa con la que negociar: su cuerpo. Gracias al escándalo financiero protagonizado por su padre, Fluke Natouch pasó de ser el rey de la prensa rosa americana a caer en desgracia de la noche a la mañana. Aferrándose a la última pi...