𝐌𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧𝐚
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Una semana después...
Caminaba de un lado a otro en mi habitación, incapaz de concentrarme. Richard ya le había dicho todo a James, pero el hecho de que Sofía se hubiera adelantado me tenía inquieta. Sabía que no había manera de que Sofía lo supiera... o al menos eso pensaba. ¿Cómo había descubierto mi relación con Richard?
Decidida a averiguarlo, tomé mi teléfono y le escribió a Sofía. "¿Podemos hablar? Es urgente." Las palabras se sintieron frías al enviarlas, pero no había otra forma. Minutos después, llegó la respuesta: "Claro. En el café de siempre en media hora."
Mientras caminaba hacia el café, una tormenta de pensamientos llenaba mi mente. Sofía siempre había sido mi amiga incondicional, pero ahora todo parecía diferente. ¿Había estado espiando? ¿O tal vez alguien más le había dicho algo?
Cuando llegué al café, Sofía ya estaba ahí, tomando una bebida con la calma de siempre. Yo la saludé, tratando de mantener la compostura.
—Hola, ¿cómo estás? —preguntó Sofía con su típica sonrisa, pero Mariana notó que había algo en su tono que no le encajaba.
—He estado mejor, la verdad —respondí, sentándome frente a ella—. Necesito que seas honesta conmigo.
Sofía levantó una ceja, como si no entendiera de qué hablaba.
—¿Por qué le dijiste a James lo de Richard y yo? —fuí directa. No quería perder más tiempo.
La expresión de Sofía cambió al instante. Dejó su bebida sobre la mesa y suspiró.
—Mira, Mariana, no fue como piensas. No quería que las cosas se salieran de control. Creí que James debía saberlo antes de que... las cosas fueran peor.
la miré fijamente. Esa respuesta no era suficiente.
—¿Pero cómo lo supiste? Ni Richard ni yo se lo contamos a nadie.
Sofía desvió la mirada, visiblemente incómoda. Algo la estaba incomodando.
—Sofía... —insistió Mariana, inclinándose hacia ella—. Necesito saberlo. ¿Cómo lo supiste?
Sofía finalmente me miró a los ojos.
—Te vi, Mariana. Los vi a los dos. Fue en aquella cena, ¿recuerdas? La semana pasada, en el restaurante. Yo estaba ahí con mi familia. Vi cómo discutieron, y vi cómo saliste corriendo del lugar... llorando.
Mi corazón dio un vuelco. Claro que recordaba esa cena. Fue una discusión tonta con Richard, una de esas peleas que estallan por malentendidos, pero que nos dejó a los dos destrozados. Richard había intentado seguirme cuando yo salí, pero no quería verlo en ese momento.
—Te vi salir, pero no me acerqué porque no sabía qué estaba pasando. Solo más tarde, cuando vi a Richard también irse, me di cuenta de que había algo más entre ustedes. No quise confrontarte entonces porque no sabía si me dirías la verdad —continuó Sofía—. Sentí que James tenía que saberlo, antes de que algo más sucediera.
La miré, incapaz de procesar del todo lo que estaba escuchando. Sofía los había visto en un momento vulnerable, en una pelea que no quería que nadie presenciara.
—Podrías habérmelo dicho a mí primero —dijé, mi voz apenas un susurro—. Somos mejores amigas. Yo hubiera hecho eso por ti.
Sofía agachó la cabeza, claramente sintiéndose culpable.
—Lo sé. Y lo siento. Me dejé llevar por el miedo de que algo malo pudiera pasar. No quería arruinar nada, pero creo que lo hice de todas maneras.
El silencio entre nosotras fue pesado. Yo no sabía qué decir. Aunque entendía a Sofía, algo entre nosotras había cambiado. Ya no era lo mismo.
—Solo espero que puedas perdonarme —dijo Sofía en voz baja—. Sé que no fue la mejor decisión.
Respiré profundamente. Sabía que esta conversación era solo el comienzo de una larga reflexión sobre su amistad.
—No lo sé, Sofía. No sé si puedo hacerlo ahora mismo. —Me levanto despacio—. Necesito tiempo.
Sofía asintió, comprendiendo que había cruzado una línea. salí del café sin mirar atrás, preguntándome cómo reparar lo que se había roto.
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¡Me alegra que te haya gustado! Aquí te añado el pedazo en el que Mariana llama a Richard para contarle lo que Sofía le reveló:
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Yo solo caminaba sin rumbo fijo después de salir del café. Las palabras de Sofía seguían dando vueltas en mi cabeza, y la sensación de traición no me dejaba en paz. Necesitaba desahogarme, necesitaba hablar con alguien que me entendiera. Sin pensarlo dos veces, tomé mi teléfono y marqué el número de Richard.
El tono de llamada sonó una vez, luego otra, hasta que finalmente Richard contestó con su voz habitual, aunque algo preocupada.
—Mariana, ¿todo bien? —preguntó, percibiendo el nerviosismo en su respiración.
Me detuvé en una esquina, sintiendo que las emociones la abrumaban de nuevo. Respiré hondo antes de responder.
—Acabo de hablar con Sofía.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea.
—¿Qué te dijo? —La voz de Richard sonaba tensa, como si temiera lo peor.
—Me contó cómo se enteró de lo nuestro... —Mariana cerró los ojos, tratando de mantener la calma—. Nos vio, Richard. En la cena de la semana pasada, cuando discutimos. Estaba ahí con su familia y lo vio todo. Vio cómo salí corriendo... llorando.
Richard exhaló, claramente aliviado de que no fuera algo más grave, pero al mismo tiempo comprensivo de lo que eso significaba.
—Entonces, por eso le dijo todo a James... —murmuró—. Seguramente pensó que estaba ayudando.
—Sí, eso me dijo — Yo solo solté un suspiro —, pero lo peor es que no me lo contó a mí. Fue directamente a James. No me dio la oportunidad de hablar con él primero.
—Lo siento mucho, Mariana —dijo Richard, su voz llena de preocupación—. No sé qué decir. Yo tampoco esperaba que Sofía hiciera algo así.
—Sé que no lo hizo por maldad —respondí, sintiendo el peso de sus emociones—, pero ahora todo está hecho un desastre. Sofía y yo... no sé cómo voy a seguir confiando en ella. Y James... aún no sé si va a perdonarnos por completo.
—Vamos a arreglarlo —Richard trató de tranquilizarme—. Sabía que este camino no sería fácil, pero estoy aquí para lo que necesites. No estás sola en esto, Mariana.
Las palabras de Richard fueron un consuelo, pero la incertidumbre seguía pesando sobre mi.
—Gracias, Richard. — Yo sonreí débilmente, aunque él no pudiera ver mi sonrisa—. Solo necesito tiempo para procesarlo todo. Todo esto me tomó por sorpresa.
—Tómate el tiempo que necesites —respondió Richard con suavidad—. Lo más importante ahora es que estés bien.
Colgué el teléfono con una sensación de alivio. Sabía que aún había mucho por resolver, pero al menos tenía a Richard a mi lado. Mientras caminaba hacia mi casa, se dio cuenta de que, aunque el camino hacia la reconciliación con Sofía sería largo, no lo enfrentaría sola.
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SECRETO || Richard Ríos
RomanceMariana y Richard mantienen una relación en secreto, algo complicado cuando el hermano de Mariana, James Rodríguez, es el mejor amigo de Richard y, además, muy protector con ella. La situación se vuelve tensa cuando una amiga cercana de Mariana reve...