¿Odiarlo? Hay que matarlo

2 0 0
                                    

Las luces parpadeantes de los pasillos iluminaban la ruta hacia los espejos, pequeñas luces que parecían las de una vela que se paseaban, iluminando los corredores escolares. A medida que Vil se acercaba a su habitación, su corazón latía con fuerza. Había hecho que Ortho que le enviara las pruebas de la infidelidad de Floyd con Riddle. Necesitaba verlo por sí mismo una vez más, necesitaba juzgar sus acciones antes de decidir si debía revelarle la verdad a Rook. Ya no se trataba de mantener la armonía de la obra, se trataba de su mejor amigo, Rook; muy dejando de lado que se sintiera traicionado por el VDC y no le tuviera la confianza como para mostrarle ese amor de fan que mantenía en secreto por Neige.


Todo se perdona.


Suponía que no podía seguir arrastrando el pasado. Todos tenían opiniones diferentes, lo vio cuando se supo los resultados de la votación, lo sucedido en PlayFun Land y recientemente con Skully: no había una sola opinión.

El dormitorio estaba en paz, cálido y en orden. Al abrir la puerta de su habitación, había una figura en su cama que no se molestaba en hacer algo por ocultarse, tenía la lampara encendida y un libro a la mano.


—¿Vil? —preguntó, con una mezcla de preocupación y curiosidad en sus ojos. —¿Paso algo? No es algo de ti interrumpir tu sueño de belleza...


—Es complicado... —murmuró, buscando las palabras adecuadas—. Solo... no es el momento para discutirlo. Es tarde, Rook.


Rook lo observó intensamente, sus ojos verdes llenos de inquietud. —No me digas que es solo eso. Si estabas en Ignihyde, algo debe haber pasado. Por favor, no me dejes en la oscuridad.


El silencio se alargó entre ellos, denso y pesado. Vil sabía que no podía evitarlo por más tiempo. Con un suspiro profundo, decidió arriesgarse.


—Rook... —su voz tembló ligeramente—. Floyd... te fue infiel con Riddle.


Rook, sorprendido, se quedó inmóvil por un momento, su rostro palideciendo. Pero, en lugar de la ira que Vil había anticipado, una extraña sonrisa brotó en los labios de Rook, una sonrisa llena de tristeza, y sus manos pasaron la página del libro.


—¿De... de verdad? —su voz era un susurro, casi inaudible.


—Rook, no tienes que... —Vil no pudo terminar de hablar. Observaba cómo el cazador no podía retener por más que quisiera ese llanto, el dolor visible en cada lágrima que caía y esa desilusión que se reflejaba en sus ojos. 


Sin pensarlo, lo abrazó con fuerza, dejándose llevar por un impulso protector, pensando que era lo mejor, dejar que llorara y la verdad se encargara de acabar con los engaños de Rook de ser alguien que Floyd no buscaba y nunca miro como hubiese deseado el rubio. Sin palabras que añadir, acarició su cabello, deseando que ese gesto pudiera desvanecer el sufrimiento que lo atormentaba. En su interior, deseaba con todas sus fuerzas que Rook pudiera encontrar la fortaleza para terminar con Floyd.

La noche avanzó, y Rook permaneció en la habitación de Vil, desbordado por la tristeza. Vil, aunque agotado, se quedó despierto, velando por su amigo sin apartarlo de su lado en ningún momento. Sabía que la carga que Rook llevaba era pesada, y no podía permitir que se sintiera solo en ese momento. Notando como su cuerpo se sentía tan frágil que sus brazos solo buscaban protegerlo, y los besos en su cabello lo ayudaran a acogerlo hasta que cayera dormido.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: a day ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Propuesta en escenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora