𝗞𝗮𝗻𝗴 𝗬𝗲𝗿𝗶𝗻 está acostumbrada a no ser el centro de atención, para ella, lo importante no es ser alabado por todos, sino destacar en sus calificaciones. No tiene amigos porque mantenie a raya a cualquiera que intente acercarse demasiado.
𝗛...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
HAN TAESAN
La competencia de ciencias finalmente había llegado y aunque trataba de mantener la calma, podía sentir la tensión en el ambiente. No era cualquier competencia. Esta vez se sentía diferente, más personal. ¿Era por Yerin? No quería admitirlo, pero algo en mí decía que sí. Que de alguna forma, ganar hoy significaba más de lo habitual. Cuando me llamaron para presentar, tomé aire. Sabía que podía manejarlo, como siempre. Las miradas, las expectativas, todo eso ya lo había vivido antes. Pero sentía el peso de los ojos de Yerin en mí, lo que solo hacía que quisiera hacerlo aún mejor.
―Mi proyecto se centra en la optimización de redes neuronales para el reconocimiento de imágenes médicas ―. Comencé, tratando de mantener la voz firme ―. Con el avance de la inteligencia artificial, hemos visto cómo el análisis de imágenes se convierte en una herramienta clave para la detección temprana de enfermedades. Mi propuesta optimiza los algoritmos actuales para reducir el margen de error en la detección de cáncer a partir de imágenes médicas, aumentando así la precisión de los diagnósticos.
Las palabras salían con fluidez. Cada término técnico estaba medido y sabía exactamente cómo captar la atención del jurado. De hecho, cuando terminé, noté sus cabezas asintiendo impresionados. Me sentía confiado. Tal vez un poco demasiado confiado. Y entonces fue el turno de Yerin. Se levantó con una tranquilidad que me desconcertó, como si todo esto fuera algo rutinario para ella. A veces olvidaba lo increíblemente inteligente que era, y cuando comenzó a hablar, no pude evitar sentir una ligera punzada de nervios.
―Mi proyecto trata sobre cómo aplicar la bacteriorodopsina, una proteína presente en ciertas bacterias, para crear células solares biológicas ―. Comenzó, explicando todo con una calma que me hizo pensar que lo tenía todo calculado ―. Esta proteína es capaz de absorber luz y generar protones, lo que nos permite crear una alternativa más sostenible y económica a las células solares tradicionales basadas en silicio.
Mis ojos seguían cada movimiento que hacía, desde cómo señalaba las diapositivas hasta cómo sus pestañas parpadeaban cuando se concentraba en alguna pregunta. Incluso podía notar los pequeños hoyuelos que se formaban en sus comisuras cuando hacía una pausa para sonreír ligeramente. Era... molesto lo bien que lo estaba haciendo. Y sin embargo, no podía dejar de admirarlo.
―Si podemos integrar estas proteínas en células solares, estaríamos dando un gran paso hacia fuentes de energía sostenibles que no solo sean eficientes, sino que también imiten procesos naturales ―. Continuó ella ―. Mi investigación ha demostrado que este método podría generar un 30% más de eficiencia que las células solares tradicionales.
Era fascinante, incluso para alguien como yo que solía interesarse más en lo tecnológico que en lo biológico. Pero lo que me molestaba no era el proyecto en sí. Era ella. Esa forma tan serena de hablar, como si lo tuviera todo bajo control. Era como si no sintiera ni una pizca de presión, mientras yo intentaba mantener el control de mis propios pensamientos. Mis ojos seguían cada uno de sus gestos. Las pequeñas pausas que hacía para dar énfasis, el leve movimiento de sus manos mientras explicaba. Incluso me fijé en cómo sus ojos brillaban cada vez que mencionaba los beneficios ecológicos de su proyecto. ¿Por qué demonios me estaba enfocando en esas cosas? No entendía qué me pasaba.
