7. Víctimas

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Este capítulo contiene escenas de violencia y abuso

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Kieran

—No puedes volver a hacer algo así, ¿sabes?

Hunter Anderson estaba sentado en un sillón, una pierna cruzada sobre la otra y una pequeña sonrisa en sus rosados labios, cuyo color no se podía apreciar gracias a la oscuridad de la habitación. Sebastian Desrosiers estaba parado a su lado, ojos rojos y mirada perdida, pero todos sabían que escuchaba atentamente.

Bunker Hill era la casa de Anderson, Brookes, Desrosiers, Huh y Riad, localizada en las afueras del campus. Se trataba de una construcción simple de fachada beige. El patio trasero era enorme y se extendía metros y metros en la oscuridad con guardianes a los altos árboles, perfecto para los rituales de iniciación de cada comienzo de ciclo.

Las luces dentro estaban apagadas a excepción de una localizada en el pasillo, de tonos cálidos, y todas las cortinas estaban cerradas. El olor no era demasiado agradable, era más como a jabón para ropa, comida y detergente, pero había un particular sentido de humedad en el lugar.

—Como tu capitán, no me queda de otra que disciplinarte, North —el chico dijo, a lo que el aludido asintió. Hunter nunca hablaba con enojo y rara vez se exaltaba, más bien dejando que Desrosiers hiciera todo el trabajo feo por su parte—. Chicos, ¿creen que puedan darnos espacio?

Los miraba a Max y a él de forma amable, ojos claros brillantes entre las sombras que entraban discretamente y se iban haciendo más tenues. Detrás de él había un cuadro donde salían a relucir un montón de osos, en lo que parecía ser un claro de bosque.

Salieron de la casa y fue como cambiar de dimensión, el sol aún en su máximo punto. Las hojas de casi octubre crujían bajo sus pies, y era como si la ciudad hubiese decidido guardar silencio por esos momentos.

El corazón le latía en el corazón de forma rítmica, dando tumbos conforme se acercaban al vehículo y la velocidad de su caminata se volvía cada vez más lenta, manchada por preocupación y nervios inminentes. Max estaba inquieto, moviéndose con hiperactividad mientras se apoyaba en el coche y frotaba sus manos la una con la otra.

Su amigo llevaba el cabello perfectamente peinado y cubierto, después de que algunas personas se quejasen con el personal de que el bartender tenía demasiado cabello y podía ser antihigiénico. Le causaba tanta violencia a Kieran, pero también ya le había tocado su parte.

Incluso sentía que muchas personas habían dejado de ir al bar por la presencia de los dos muchachos, casi iguales en colores. Las facciones de su amigo lo hacían ver aún más rudo, ojos más alargados y ceño fruncido por naturaleza, mientras que a él mismo sus grandes ojos le daban esa mirada de ser casi inofensivo.

—¿Crees que le haga algo? —preguntó Carvajo.

—Nada grave —musitó Simmons como respuesta, quedándose de pie—. No puede arriesgarse a nada que se note, ¿sabes? La prensa ya nos da demasiada atención cuando comienzan los semestres y resulta que todos están rapados.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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