¿Es un film de Henry James?

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Esa misma noche, la pandilla, con Heng incluido, se reunía en el restaurante de Nop, un audaz hombre de negocios que se había arriesgado a probar suerte en el sector gastronómico.

Lástima que la suerte no estuvo de su lado.

—Tengo un pequeño discurso que dar. No me levantaré porque no tengo ganas— anunció Irin, haciendo reír al resto —Hace exactamente un año, este hombre abrió el mejor restaurante de Londres— dijo, señalando a Nop —Lamentablemente nadie vino nunca a comer aquí— agregó, obteniendo el asentimiento de todos en la mesa —Así que tendremos que afrontar el hecho de que a partir de la próxima semana tendremos que encontrar algún lugar cercano para comer— se giró hacia Nop, para ver cómo su estoico rostro decaía un poco —Sólo quiero decirte Nop que no te lo tomes mal. Cuanto más pienso en las cosas, más me cuesta encontrarle un sentido a la vida. Nadie sabe por qué algunas cosas funcionan y otras no, por qué algunos tenemos suerte y a otros...—

—...nos despiden— completó Saint, captando la atención de todos.

—¡No!— exclamó Irin, incrédula.

—Si, bueno. Supongo que vieron mas mi ropa que mi desempeño— aclaró sarcástico —Pero bueno, tarde o temprano pasaría...— se encogió de hombros.

—¡Por Saint! ¡El peor empleado del mundo!— dijo Nop, levantando su copa.

—¡Y por Nop! ¡El peor restaurantero del mundo!— respondió Saint, riendo junto al resto, elevando su copa.

—Siendo que parece ser una noche de anuncios...también tengo uno— comentó Nam, algo tímida ante los ojos expectantes —He decidido comprometerme— todos en la mesa quedaron boquiabiertos —He encontrado un buen hombre, de apariencia extraña...pero que sé que me hará feliz el resto de mi vida— concluyó, con decisión en su sonrisa.

—Espera un momento...— dijo Freen, perpleja —Soy tu hermana, y no sabía nada de esto— reclamó con suavidad —Digo...no sé...¿tiene un buen trabajo?— preguntó, aunque sabía bien que a Nam no le interesaba el dinero, y todos en la mesa se rieron.

—Es un artista, con un brillante futuro— explicó, sonriendo con orgullo, y quedando en silencio, mientras los demás cuchicheaban sobre la noticia —Y por cierto, eres tú— susurró sólo para que Heng la oyera, que permanecía atónito a su lado.

Los pequeños y distraídos ojos del muchacho se iluminaron al oírla.

—¿Yo?— preguntó con los ojos muy abiertos.

—¿Qué dices?— dijo Nam, con una sonrisa tímida.

—Pues...si. Genial— respondió, con una gran sonrisa enamorada.

—¿Hay algún otro anuncio?— preguntó Noey en voz alta, para llamar la atención del resto.

—Ehmm, si, ahora que lo dices— inició Freen con un carraspeo —Siento...que debo pedirle disculpas a todos por mi comportamiento en los últimos seis meses. He estado, digamos, algo deprimida...—

—Eso es un eufemismo, he visto muertos con más ánimo— acotó Noey, tomando un sorbo de su vino.

—Como decía, quiero aclararles que...ya quedó atrás. Y, ehm...desde ahora pienso ser muy feliz— concluyó con una sonrisa compuesta, buscando demostrar que hablaba en serio, recibiendo las miradas de empatía de sus amigos, con un ligero orgullo.

La noche siguió su espiral decadente para afrontar los altibajos de la vida. Nada mejor que el sarcasmo y la ironía para reírse de ellos mismos.

Y alcohol. Bastante alcohol.

Nonthada Village | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora