Libros de viaje

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Freen sacaba una y otra vez las cuentas en la calculadora, pero los números no mentían: increíblemente, las ganancias de esa semana volvían a estar en negativo.

—De seguir así, voy a tener que incluir historietas en la tienda— suspiró con pesar.

"Rebecca Armstrong, la estrella británica protagonista de 'Más allá de tu amor' y 'Pantone', sigue en gira promocionando su nueva película 'Uranus2324'.
Volveremos en una hora con la entrevista exclusiva."

La radio la sacó repentinamente de su problema.

Por supuesto, había visto sus películas y siempre pensó que ella era, bueno, fabulosa, pero, como imaginan, inalcanzable, a millones de millas del mundo en el que vivía.

Freen tenía una pequeña tienda de libros de viaje en Nonthada Village, su lugar en el mundo.

Una pequeña comunidad pintoresca donde, los fines de semana, un mercado se extendía a lo largo de la calle principal, ofreciendo a los transeúntes y compradores ocasionales desde vegetales orgánicos, productos de mar y demases alimentos, hasta antigüedades de dudosa autenticidad, artesanías manuales y una que otro pequeño puesto de lo que se podría discutir que se llame "arte".

Allí tenía su refugio en medio de la ciudad, como una pequeña burbuja de calma en el río embravecido, donde transcurría sus días con perezosa cotidianeidad, sin sobresaltos, sin demasiadas preocupaciones más que las decrecientes ventas y las llamadas de su madre reclamando que la visite más seguido.

Los únicos hechos fortuitos que podían ocurrir en su vida eran mayormente provocados por Heng, su compañero de casa.
Técnicamente era su inquilino, aunque ya después de más de seis meses sin que pague el alquiler, prácticamente lo había adoptado como mascota.

Después de atender a algún intencionado comprador, que sólo quedaría en intención, y un par de visitantes extraviados que poca necesidad de libros llevaban, decidió dar por terminado el intento del día y regresar a su casa, que se encontraba a tan sólo un par de calles.

La puerta de color azul le dió la bienvenida, como preparándola y apaciguandola para el caos que encontraría dentro, pues era la tipica imagen de una vivienda de solteros.

Una bicicleta estorbando el paso la recibió al entrar, junto con los acostumbrados objetos sin denominación que se acumulaban en la entrada, dando el aspecto de una venta de garage de un niño de 10 años o de un adolescente inmaduro.

—Heng!— exclamó, llamando al dueño de la bicicleta mientras intentaba removerla.

—Oh excelente que hayas llegado! Necesito tu ayuda para una cuestión crucial!— la saludó, apareciendo ante sus ojos.

Heng era un tipo inusual, con cara inusual, pelo inusual. Todo en él te hacía inclinar la cabeza en confusión.

La piel pálida como si nunca hubiera visto el sol. Los ojos negros de aspecto perezoso, como si mirar les quitara energía. El pelo negro, como siempre, desordenado y algo enmarañado no llegaban a distraer de la sonrisa bobalicona que tenía costumbre de llevar.

—Es tan crucial como la deuda del tercer mundo?— preguntó Freen escéptica, mientras avanzaba a la cocina.

—Pues si! Por fin iré a una cita con la grandiosa Heidi, pero necesito asegurarme de elegir la camiseta correcta— explicó, saltando de emoción.

—Pues bien, cuáles son las opciones?— preguntó intentando disimular su desinterés.

—Bueno... mira esto— contestó, colocandose una prenda que llevaba en la mano.
Freen no pudo reprimir un pequeño jadeo de impresión al ver la camiseta blanca, con un alienígena de plástico de aspecto horrible saliendo del pecho, con las mandíbulas abiertas, sangre por todas partes diciendo 'Me encanta la sangre.'

—Pues...no crees que, digamos, no está muy acorde con el ambiente romántico de una cita?— preguntó con suavidad.

—Mmm, puede que tengas un buen punto...creo que te gustará la siguiente— respondió, subiendo a toda prisa las escaleras, regresando después de menos de un minuto, ahora vistiendo una camiseta con una enorme flecha señalando a su entrepierna con el mensaje "Ven aquí"

—Cool, no?— inquirió Heng, arqueando la ceja.

Freen tomó aire antes de responder.

—De nuevo, creo que no es muy romántico que digamos...ella no creerá que pienses en enamorarte precisamente— explicó.

—Mmm, no querría eso, no...ok, sólo una más!— pidió, volviendo a las escaleras y bajando en seguida —Qué tal ésta?— preguntó luciendo ahora una camiseta con muchos corazones, leyendo "Eres la mujer más hermosa del mundo" en el medio.

—Bueno...si, esa es, perfecta Heng. Bien hecho— felicitó genuinamente sorprendida.

—Gracias. Excelente, deséame suerte!— sonrió satisfecho, para luego girarse hacia la escalera, permitiendo a Freen ver la parte trasera de la camiseta: "Quieres follar?"
La chica no pudo evitar poner los ojos en blanco, mientras observaba al joven subir saltando los escalones.

Y así podían resumirse sus días.

Trabajo, reniegues ocasionales, y bizarras conversaciones con su roomie.

Pero al otro día, mientras Freen se dirigía a su pequeña tienda, saludando a uno que otro conocido y disfrutando el aire estival, probablemente no podría haberse imaginado que ese día que parecía tan común y ordinario, su vida cambiaría para siempre.

Nonthada Village | FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora