02 - "El día de la fogata"

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—¡Tonta, tonta, tonta! ¿Por qué hice eso? ¿Acaso es un amigo para despedirme de esa manera? ¡Ni siquiera lo soporto! —exclamó Kristen, mientras caminaba de un lado a otro en el patio de su casa, aplastando el césped con frustración.

No podía dejar de pensar en lo insensata que había sido al besar a Nicholas en la mejilla al despedirse. En el momento, había parecido una acción impulsiva, casi desafiante, pero ahora, en retrospectiva, se sentía absurda y fuera de lugar. ¿Por qué había hecho eso, si ni siquiera lo soportaba?

—Es solo un beso... —murmuró para sí misma, tratando de restarle importancia, aunque su mente seguía dándole vueltas al asunto—. Ni es tan guapo.

A pesar de sus intentos de calmarse, el nerviosismo la consumía, imaginando una y otra vez la expresión de disgusto en el rostro de Nicholas tras su gesto inesperado. Él la había mirado con una mezcla de sorpresa y fastidio, y ahora, Kristen se torturaba pensando en cómo había quedado frente a él.

De repente, notó que un gato la observaba desde una esquina del patio, con una mirada tranquila y curiosa.

—¿Qué me ves? —le espetó Kristen, como si el animal pudiera compartir su indignación.

El gato simplemente parpadeó, ajeno a su agitación, y se alejó lentamente, dejándola sola con sus pensamientos y su creciente arrepentimiento.

Debía llamar a Perla y Celine...

¡Claro! Eso era lo que debía hacer. La opinión de sus dos mejores amigas la ayudaría a calmar sus nervios.

Corrió hasta su cuarto y tomó torpemente su teléfono para buscar el contacto de Perla, quien rápidamente respondió al FaceTime que Kristen le había propuesto.

—¿Qué quieres? Estoy haciendo tarea —dijo Perla, con tono molesto.

—Mañana tenemos vacaciones, ¿por qué haces tarea? —preguntó Kristen, como si fuera la cosa menos importante del mundo.

—Porque no quiero reprobar como otras personas —respondió Perla, con un tono que hizo que Kristen la mirara, ofendida—. ¿Para qué me llamas?

Kristen recordó el motivo por el cual estaba tan desesperada por hablar con su amiga, y rápidamente se apresuró a contarle todo lo que había sucedido.

—Hice algo muy estúpido... —comenzó Kristen, apretando los labios mientras jugaba nerviosamente con su cabello—. Conocí a un tipo hoy, Nicholas, y... al despedirme de él esta noche... ¡le di un beso en la mejilla!

Perla la miró en silencio, procesando la información.

—Espera, ¿conociste a alguien hoy y ya le diste un beso? —preguntó, sorprendida—. Kristen, ¿qué te pasa?

—¡Ni siquiera sé por qué lo hice! —respondió Kristen, desesperada—. Apenas lo conocí hoy, y fue un completo idiota durante todo el evento. Pero de alguna forma terminé despidiéndome de él con un beso en la mejilla. ¿Qué va a pensar de mí?

—Déjame llamar a Celine —dijo Perla, rápidamente.

Kristen asintió, ansiosa, mientras Perla iniciaba la videollamada con Celine.

—Celine, ¡tienes que escuchar esto! —exclamó Perla.

Celine apareció en la pantalla, con una expresión curiosa.

—¿Qué sucede? —preguntó, mientras se acomodaba en su silla.

—Kristen besó a un chico que apenas conoció, ¡y ahora está asustada! —dijo Perla, haciendo gestos exagerados.

Celine miró a Kristen con una mezcla de sorpresa y diversión.

—¿Un beso? ¿En la mejilla? Eso suena... interesante.

CINNAMON GIRL, NICHOLAS A. CHAVEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora