04 - ¿Dylan McCoy?

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—Creo que compraré una casa con mis amigas...

Priscilla miró a Kristen, sus ojos se abrieron tanto que la rubia pensó que se le iba a salir.

—¿Qué? —preguntó nuevamente, esperando haber oído mal.

—Que iré a ver casas con mis amigas.

—Si te escuché, Kristen, no estoy loca, en cambio tú... —picoteó su filete de carne con el tenedor, aunque soltó un pesado suspiro al sentir la mirada expectante de su hija—. No estás bromeando...

Kristen negó, alzando sus cejas.

—Mira, tener una casa conlleva muchas responsabilidades, Kristen. No puedes solo comprarla y ya está.

—¿Por qué crees que la compraré con Perla y Cel? Ellas se encargarán de todo —sonrió victoriosamente, llevando su vista a su plato de nuevo.

Priscilla miró a su hija con desdén, dejando de lado su plato ya que había perdido el apetito con la repentina noticia.

—¿Y desde cuando llevan pensando esto?

—¿Seis meses? De hecho hoy iremos a ver algunas casas por la zona, ya sabes, para no alejarnos tanto de ustedes.

Priscilla dejó su tenedor en el plato, cruzando los brazos y mirando a Kristen con una mezcla de escepticismo y preocupación.

—¿Y me lo dices hasta ahora? —respondió con un tono que oscilaba entre el reproche y la sorpresa.

Kristen suspiró, sabiendo que este momento llegaría tarde o temprano.

—Mamá, no quería preocuparte hasta estar segura. Pero Perla, Cel y yo hemos estado ahorrando, y es algo que realmente queremos hacer —explicó, intentando sonar firme pero amable al mismo tiempo.

Priscilla la observó por un momento en silencio, evaluando las palabras de su hija. Después de un largo suspiro, se inclinó un poco hacia adelante, con una mirada seria.

—Kristen, una casa es una gran responsabilidad. No es como irse de vacaciones. Habrá pagos, gastos inesperados... y si tú crees que tus amigas van a hacerlo todo por ti, estás muy equivocada.

Kristen frunció el ceño, defendiendo sus planes.

—Mamá, sé que hay responsabilidades. No soy una niña —respondió, tratando de sonar madura—. Y créeme, Celine y Perla saben lo que hacen. Nos organizamos bien, tenemos un plan, y no es algo impulsivo.

—Es tu problema.

Se levantó de la mesa y salió de la habitación, dejando a Kristen con la palabra en la boca. Era imposible razonar con ella.

Kristen bufó, casi empujando su plato al extremo de la mesa. La actitud de su madre la hacía hervir por dentro.

—"Es tu problema" —murmuró, imitando la voz de Priscilla y frunciendo el ceño—. AAGHH. Siempre hace eso, me estresa tanto...

El sonido de una notificación interrumpió sus pensamientos. Miró el teléfono: era un mensaje de Perla.

"¿Ya estás lista para irnos?"

Kristen sonrió, la respuesta era clara. Poco le importaba lo que su madre opinara. Si quería esa casa, la iba a conseguir. Además, era octubre; la casa sería el escenario perfecto para la fiesta del año.

Kristen se miró en el espejo una última vez antes de salir. Su atuendo era cómodo pero bien pensado; quería dar una buena impresión en la visita a la casa. Bajó las escaleras con rapidez, salió de casa y, en pocos pasos, ya estaba frente al auto de Celine, donde sus amigas la esperaban con sonrisas ansiosas.

CINNAMON GIRL, NICHOLAS A. CHAVEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora