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Uno se pone sus lentes apuntando expectante, mientras 274 las mira analítico, no son demasiadas 20 a lo mucho, si intentan retenerlos serán fáciles de vencer, no traen armas y ellos sí, calcula

— Agáchense... usare los cañones de picante — advierte Duar, por el comunicador

Los mecanismos suenan alistando los cañones y el rubio comprende que aun con tantos árboles el sonido viaja claro y fuerte — No, esperen — ordena Aelo al grupo

Pero es tarde, la pequeña roja se lanza contra la chicas e intenta golpear a un par aunque estas la esquivan con sorprendente agilidad, apartándose sin dejar de taparles el paso — Yon — le llama Ega increíblemente sereno en la situación, aquellas que los cercan por detrás se acercan entre sí, cerrando el círculo

— Son niñas —exclama el capitán, avanzando y pidiendo a ambos grupos que paren

— ¿Qué? —gruñe la roja retrocediendo sin bajar su guardia, luce molesta y realmente crispada, eso no es novedad— Imposible, son muy grandes, míralas incluso son el doble de mi altura —refuta bruscamente levantando su arma frente la más cercana

Chad se mantiene alerta, es cierto que son más altas que Uno o Ega pero no lo sobrepasan a él, además lucen mucho menos "desarrolladas" que cualquier chica de su edad — Son del GKND ¿cierto? — pregunta la nativa, él se sorprende al igual que los chicos, o eso parece ya que el capitán y el blanco permanecen calmados

— Sí, exacto — dice el azul, buscando algún indicio de que la chica sea la líder, ellos mantienen su lugar tensos ya que ellas no retroceden y los miran fijamente

Él encuentra imposible diferenciarlas, todas son delgadas, morenas y con tatuajes o pintas de batalla azules que resaltan aún más sus oscuras cabelleras casi rizadas, en especial le parece extraño ver lo ligero que es su atuendo, parece ser de alguna clase de tela liviana que se adhiere demasiado a sus cuerpos, incómodo evita mirarlas mucho

— No queremos lastimarlas — aclara el capitán levantando su pequeña mano en signo de paz, señalándole a la vez a su equipo que se reagrupen, Yon retrocede sin perderlas de vista arrimándose a Ega mientras el esbelto chico cierra distancia con Uno, el rubio lo nota, en especial su extrema atención en él, a su vez el británico sigue cerca del capitán tratando de cerrar un círculo defensivo junto 274 y Ci — En este planeta está sonando una alarma, del GKND — dice el niño de celeste cabello con suma seriedad

— ¿Una alarma? — reacciona una de las niña. Chad le calcula 11 años a lo mucho, es difícil suponer edades pero puede compararlas con chicas conocidas, y aunque esta chica está más expuesta no parece muy mayor a 362 o incluso 86

— ¿En serio? — dudan entre ellas, murmurando confundidas

— No es posible — replican desde la "selva", ellos voltean tensos, apuntando cautelosos pero solo son otro grupo de niñas, tres, de hecho, algo mayores

— Lo siento, no quería asustarlos — sonríe la "niña" al frente, no solo es mayor a las demás claramente es tan alta como 274, eso sin mencionar que tiene unas extrañas pintas azules que cubren la mitad de su rostro y a diferencia de las primeras chicas delgadas estas lucen más atléticas, torneadas incluso. Llevan varios collares, aretes y demás, todos dorados bamboleándose cada que hablan, es extraño pero ella lo pone nervioso, traga saliva en cuanto nota que lo observa, desviando la mirada se encuentra con Uno y por el movimiento de sus cejas está...

— Nosotras también estamos asustadas — agrega la "niña" indicando a sus compañeras que se relajen

— ¿Cómo? ¿Las atacaron?— cuestiona Uno avanzando rápidamente, sorprendiéndola, Chad exhala tranquilo de ya no sentirse bajo su mira, aunque ellas lucen confundidas

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