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Uno corre al interior de la estación rápido e impulsivo, las nativas sueltan al fin a la azafrán que nerviosa corre hacia el equipo. Las leves marcas que aparecen en las mejillas de la menor le causan gracia a Chad, pero es la risita de Tiara a su lado la que lo hace reír, su voz es tan agradable que él se deja llevar, algo emocionado — Vamos — la llama Ega, con claro desinterés a ellos

Aelo entra tras el británico mientras Ci escolta al blanco — Esperen aquí — indica Chad a las niñas, ellas asienten levemente preocupadas, mirando mirando el camino ante él

— Ten cuidado, 274 — le sonríe Tiara y él asiente ruborizado.

Corre en los oscuros pasillos de la base galáctica y cuidadoso mira a su alrededor, asombrado de ver que por dentro es tan grande y amplia como cualquier otra, tras el brinco de la entrada el resto es igual, avanza sin ningún problema y apenas ve al equipo que va bastante dentro cuando él los alcanza — Ningún sistema de seguridad está encendido — murmura Uno sin mirar atrás, Ci es la única que lo hace sonriéndole al recién llegado

— Intenta contactar con Central — propone Ega con su táctil en mano, él siempre se ha preguntado cómo puede correr mientras escribe, pero tal vez le ayuda la transparencia del dispositivo

— Sería una molestia quedar atrapados aquí — se queja Aelo mirando ligeramente atrás, Chad mismo lo hace notando que la entrada aún se distingue, claramente iluminada

— Eso es imposible — responde Ega, llegando a una gran sala, el centro de control o tal vez el cuarto de juego, ¿Cómo saberlo? Cada base tiene una distribución diferente, el blanco para buscando identificar alguna consola cercana

— Exacto — ríe Duar por el comunicador, la interferencia parece aumentar pero es casi lógico, están bajo un grueso montículo de tierra, o al menos así lo piensa el rubio

— Listo, acceso aceptado — exclama Uno a la vez que las luces se encienden

— Oh, perfecto — ríe el naranja — Conectando.

— Ten cuidado, los códigos son demasiado aleatorios— confirma Uno yendo ante la enorme consola principal, definitivamente es el cuarto de mando

— Toda esa tierra no pudo juntarse en una noche ¿Cierto capitán? — cuestiona Ci deteniéndose atenta a la entrada, ninguna de las nativas se asoma, aunque no es seguro saber si sus voces hacen tanto eco como para que los oigan fuera. «"seguro la de Ci no"» piensa Chad, dado que es muy leve

— Cerremos la compuerta y elevemos esta cosa — dice Aelo, pasando del tema y yendo a una de las consolas activándola veloz

Las grandes pantallas se activan a la vez que muestran los planos de la base, como si la activarán por primera vez — Es una Sub 2 — aclara Ega, camino a la consola principal — Levantará media aldea y destruirá el resto, si la sacamos del suelo — explica, tras notar la incomprensión de los demás

El blanco está justo detrás de Uno, mirando fijamente las pantallas, mientras el pequeño calvo teclea intentando conectarse con la B.E.E — El sistema funciona perfecto, pide muchas contraseñas — asevera el británico demasiado animado y esa sonrisa incómoda al rubio, es extraño pero cada vez le gusta menos la cercanía entre ellos

— Jo, parece que no hay nadie — exclama Yon entrando tan de golpe qué 274 apenas recuerda que debía vigilar la entrada

— ¿Por qué tardaste tanto? ¿Era muy grande? — pregunta Aelo, tomando asiento ante el computador

— ¿Ha? Para nada, era ridículamente pequeña, estas son unas débiles — ríe la roja corriendo hacia ellos

— Igual esquivaron tus ataques ¿No? — sonríe el azul, subiendo sus pies en la consola

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