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La espesa "selva" dificulta su avance, son las habitantes quienes remueven suavemente las ramas y hojas evitando romperlas abriéndose paso hasta el leve claro entre los altos árboles, toscos y sobre desarrollados que extienden sus bulbosas raíces, casi como escalones, dejando la supuesta aldea un poco arriba o al menos da esa impresión

Ellos suben esas raras formaciones y las chicas casi se emparejan, subiendo cada una al lado de uno de ellos, ven las pequeñas chozas de rocas cubiertas por montones de tierra, donde crecen flores, musgo y demás vegetación. Todo es separado de la "selva" de altos árboles delgados, sus cortezas apenas se ven al estar cargadas de enredaderas llenas de rosadas flores de múltiples pétalos, la poca luz se cuela levemente por el hueco que las oscuras copas de los árboles dejan

Todo es muy extraño para Chad, que mira asombrado como las pequeñas y gráciles niñas parecen hacer la vida fuera de esas chozas, ellas los miran asombradas e incrédulas, y él no puede evitar notar que incluso las más jóvenes van con esos escasos atuendos, además son demasiado parecidas entre ellas, ojos aguamarina, piel morena y tatuajes azules. Lo único que diferencia a las KND (de este planeta) es su apariencia atlética, esos raros "pendientes" dorados y tal vez esa actitud altiva

— Tiara, Tiara — llaman unas pequeñas corriendo hacia ellos, los galácticos no han dejado su formación y con Aelo encabezándolos las miran expectantes

— ¿Qué sucede? — dice casi despreocupadamente la líder airando su espesa cabellera, el movimiento es muy suave y la forma en que ella inclina la cabeza cautiva a Chad, solo un poco

— Queríamos ir por miel para el banquete, pero una roca enorme tapa la cueva — se quejan las chiquillas preocupadas al punto de las lágrimas, no son más altas que Yon y eso parece interesarle a la roja

— ¿Una roca? — duda Tiara

— Ayer hizo mucho viento — comenta dulcemente otra, la chica está justo detrás de Aelo y eso parece llamar la atención del este

— ¡Ah! Claro — contesta la líder, medio pensativa — Mmm, vayan por las cuerdas, llevare a los galácticos a la entrada de la base y pronto iremos a ayudar — ordena tras considerarlo un poco

Sin embargo, Yon ríe — Es solo una roca ¿cierto? Yo iré a moverla — se ofrece al punto de presumir, separándose del grupo y animando a las pequeñas a mostrarle el camino, ellas la miran entre sorprendidas o desconfiadas

— Hey Yon, no vinimos a eso — le llama el azul, decidido a continuar sin ellas

— ¿No es deber de un galáctico ayudar a otros niños? — bromea la roja apartándose del grupo, yendo hacia la niñas — No tardaré nada y sin mi ayuda seguro ellas estarán horas tirando de sogas— ríe aún más alegre

— Espera — reclama Aelo

Pero Ega levanta la mano — Creo que es buena idea, señor — interviene

— ¿Eh? ¿En serio? ¿Tú también vendrás, Mu-mu? — sonríe la peli violeta, entusiasta

— Aquí no hay animales grandes o peligrosos, y sin duda le hará bien conocer a las habitantes, además los comunicadores siguen funcionando — explica el blanco pasando de la escandalosa roja

Aelo los ve, pensativo al punto de que incluso Uno parece no solo interesado sino también analítico o al menos eso piensa Chad, que sigue atento a cada gesto, es difícil saber que piensa, ya que sus lentes estorban, sin embargo, tiene algo de práctica en observarlo — Como sea, solo terminemos pronto — responde al fin el peli azul avanzando con resignación

Entonces el calvito sonríe levemente, casi en complicidad con el blanco o la roja, el rubio se lo pregunta — Yo iré con ella — sonríe una de KND alejándose del grupo

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