"Habrá una camioneta esperándonos en el muelle que nos llevará a la finca donde el avión nos estará esperando." Diana se ajustó la mochila, la pistola escondiéndose debajo de su cinturón y la camisa oscura que se ajustaba a su fuerte cuerpo. Tenía una mirada decida que escondía perfectamente los nervios que las gotas de sudor resbalándole por la mandíbula dejaban saber. "Todavía no hemos sido localizados, pero no significa que debamos relajarnos. Iremos directo a la camioneta, rápido pero no demasiado obvio. Eviten hacer contacto visual."
Dylan estaba de pie, escuchándola atentamente, asintiendo mientras él mismo terminaba se acomodarse y enconder sus armas. Dough ni siquiera se sorprendió cuando el hombre le deslizó un cuchillo entre las botas que le compró el día anterior. Estaba ajustado y era incómodo, pero no era el mejor momento para quejarse.
Dylan también le pasó una navaja a Richard. El hombre la observó escéptico por encima del brillo de la nueva cuchilla, pero no parecía en contra de ello. La movió tan naturalmente entre los dedos que lo sorprendió. Richard le dio un guiño al tiempo que la guardaba en un bolsillo de sus pantalones cargo.
Diana inhaló con fuerza antes de que tocaran la puerta. Era hora de salir. Y ella les dio una señal para que la siguieran.
Entregó la llave del contenedor y bajó la cabeza al ponerse en la cola de las personas esperando a desembarcar en la oscuridad de la madrugada.
Parecía la mejor hora para salir teniendo en cuenta que estaban viajando ilegalmente a través de continentes. Y era muy sorprendente lo lejos que habían podido llegar hasta ahora.
La mano pesada de Richard lo llevaba hacia adelante mientras que Dylan estaba frente a él lanzándoles miradas cada cierto tiempo para asegurarse de que estaban bien.
Todo debía ser tranquilo y pacífico, unos viajeros más bajando del barco, pero había una presión constante en su nuca, como invisibles dedos arañando su piel causándole un sudor frío de la cabeza hasta los pies. No era miedo. Lo conocía bien, y podía estar seguro de que lo que sentía era algo más simple que eso.
Al llegar afuera, la sensación no se le quitó de encima. En todo caso empeoró al punto que Dylan pudo notar que algo le pasaba. Se pegó a su costado con el ceño fruncido y la voz baja. "¿Estás bien?"
"No me creas, ¿de acuerdo? Pero podría jurar que nos están vigilando." Le apretó la muñeca cuando él comenzó a girar la cabeza, pero dejar saber a quien fuera que los estuviera siguiendo que ya lo habían notado, no era la mejor idea. Dylan parpadeó hacia él. "Eres mejor que yo en esto. No llamemos la atención."
Tragando con fuerza, Dylan asintió. "¿Alguien te parece sospechoso?"
"Todos son sospechosos."
"¿Alguno sobresale?"
"N-no lo sé."
Sus manos estaban temblando, los dedos se apretaron a la muñeca de Dylan y el hombre lo miró a los ojos con sus profundidades verdes llenas de preocupación. Lo vio tragar al tiempo que su mandíbula que después de varios días, tenía un rastrojo de barba creciendo a lo largo.
"Está bien."
Dylan se alejó de él para hablar con Diana, susurrando disimuladamente. La mujer ni siquiera pareció sorprendida, ella parecía haber estado esperando algo porque luego comenzó a hablarlo con el francés, y entre Dylan y ellos empezaron una conversación.
Saber que los demás también estaban conscientes de ello solo le hizo sentir más paranoico.
Miró por encima de su hombro, pero no llegó muy lejos. La mano grande de Richard le sostuvo el rostro, haciendo que volteara la cabeza hacia el frente otra vez. El hombre pasó el brazo por encima de sus hombros, pegando los labios a su oreja. "Mantén la vista al frente."
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[GAY] Furtivo
RomanceDylan está disfrutando de sus vacaciones. Lejos de todo el asunto de mafiosos y armas, él se encuentra acostado en una silla frente a la playa mientras bebe todas las margaritas que puede consumir antes de tener nauseas. Es una dulce vida. Aunque...