𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓.

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--Celestia.

Ha pasado una semana desde que Alastor se enfrentó a Nightmare Moon, un enfrentamiento que había dejado huellas en su memoria. En este momento, se encontraba en su templo, disfrutando de un rato de paz y tranquilidad mientras se sumergía en las páginas de un libro en su vasta biblioteca.

De pronto, sintió una presencia que interrumpía su campo de fuerza, lo que le provocó un ligero toque de fastidio. Sin pensarlo mucho, decidió brillar su cuerno y se teletransportó justo enfrente de la puerta, descubriendo que se trataba de la mismísima princesa Celestia.

La princesa sonrió con amabilidad, descendiendo lentamente hasta quedar a su altura, lo que le daba un aire casi majestuoso.

Princesa Celestia: Muy buenos días. Tú debes ser Alastor. Permíteme presentarme: soy la princesa Celestia. Un placer conocerte.

Dijo con un tono cálido y acogedor que irradiaba confianza. Alastor, en respuesta, asintió con la cabeza y le dedicó una pequeña reverencia, una mezcla entre burla y picardía, pero también con un matiz de respeto genuino.

Alastor: ¿Qué hace alguien tan importante como usted aquí, princesa?.

Preguntó Alastor con una sonrisa pícara, mientras la miraba de arriba abajo, como si la estuviera analizando. Celestia, sintiéndose evaluada, no pudo evitar sonreír de vuelta.

Princesa Celestia: Solo quería saber quién era el pony que ayudó a mi querida alumna Twilight y se enfrentó a Nightmare Moon.

Respondió ella, con una expresión confiada en su rostro. Alastor alzó una ceja, comprendiendo rápidamente qué era lo que realmente buscaba la princesa.

Era evidente que Celestia había notado su habilidad para utilizar magia oscura. En ese momento, se dio cuenta de que había dos razones por las que estaba allí: o quería forjar una amistad con él, o estaba tratando de determinar si representaba un peligro y una amenaza para toda Equestria.

La situación se tornaba interesante. Alastor sabía que tenía que manejar la conversación con cuidado. La princesa estaba observando cada uno de sus movimientos, y eso solo aumentaba su curiosidad.

Mientras la conversación avanzaba, la princesa Celestia, con su habitual amabilidad, decidió plantear una propuesta que había estado considerando.

Princesa Celestia: Alastor, me pregunto si alguna vez has pensado en mudarte a Ponyville. Es una ciudad llena de vida y amistades, y creo que podrías encontrar un buen lugar allí.

Alastor, con una expresión arrogante y una ligera mueca de desprecio, simplemente arqueó una ceja y respondió.

Alastor: ¿Vivir en Ponyville? Por favor, princesa. Estoy más que cómodo en mi hogar. No necesito la bulliciosa vida de la ciudad ni el constante aluvión de… ¿amigos?.

Su tono estaba cargado de desdén, como si la idea de socializar con los habitantes de Ponyville fuera una broma. La princesa, aunque un poco sorprendida por su actitud, solo sonrió con amabilidad, reconociendo que Alastor tenía su propio estilo y preferencias, aunque eso significara renunciar a las alegrías de la vida en comunidad. La princesa Celestia, decidida a abrirle los ojos a Alastor, continuó con entusiasmo.

Princesa Celestia: Alastor, la amistad es una de las cosas más bellas que tenemos. Proporciona apoyo, alegría y un sentido de pertenencia.

Alastor, con un aire de arrogancia y una sonrisa despectiva, se inclinó ligeramente hacia ella, como si compartiera un secreto.

Alastor: Oh, querida princesa, ¿realmente crees que la amistad es tan maravillosa? Para mí, es solo una cadena de dependencias. Los ponis se aferran a sus amistades como si fueran un salvavidas, pero en realidad, son más como lastres. Nunca he visto la amistad como algo positivo, y no creo que eso cambie pronto.

Su perspectiva sorprendió a Celestia; nunca había conocido a un pony que viera la amistad de tal forma. Su mirada se llenó de curiosidad y preocupación, preguntándose cómo alguien podría rechazar algo tan fundamental para la vida en Equestria.

Mientras la conversación continuaba, la princesa Celestia no podía evitar cuestionarse cómo era posible que existiera un pony que no solo no apreciara la amistad, sino que la despreciara abiertamente.

Su mente giraba en torno a la idea de que alguien pudiera ver la amistad como una carga, como un lastre, en lugar de un tesoro. Observaba a Alastor, quien permanecía tranquilo, con una sonrisa perpetua en su rostro y una mirada que destilaba arrogancia y desdén.

Para él, cualquier cosa relacionada con la amistad parecía ser una broma, un concepto que no valía la pena considerar. Celestia se preguntaba cómo había llegado a ese punto, sintiendo una mezcla de preocupación y curiosidad por el pony frente a ella, cuyo desprecio por la amistad era tan profundo que desafiaba todo lo que ella creía.

...

..

.

Treinta minutos después de una conversación que parecía no llevar a ninguna parte, Alastor dejó escapar un suspiro de fastidio.

Alastor: No importa cuántas veces quieras que vaya a Ponyville, dulzura, la respuesta siempre será no.

Dijo con tranquilidad, mirando a la princesa con una mezcla de desdén y firmeza. Celestia, sintiendo que su persuasión no estaba dando frutos, bajó las orejas.

Aun así, había algo en su interior que la impulsaba a seguir intentando convencer a Alastor de que la amistad valía la pena, de que había beneficios que quizás él aún no había considerado.

Princesa Celestia: Entonces… ¿por qué enfrentaste a Nightmare Moon?.

Preguntó ella, su voz ahora serena pero cargada de seriedad. Ya no había amabilidad en su tono, solo un profundo deseo de entenderlo. Alastor explicó que no podía permitir que alguien más dominara este mundo, que esa era su razón para enfrentarse a ella.

Esa respuesta encendió una chispa de preocupación en la mente de Celestia; si Alastor estaba dispuesto a actuar de esa manera, entonces tal vez sí representaba una amenaza para Equestria. La princesa comenzó a reconsiderar su evaluación de él, preguntándose si había más en este pony que simplemente arrogancia y desprecio.

Princesa Celestia: Lo siento.

Dijo Celestia, decidida a actuar. Hizo brillar su cuerno, concentrándose en crear una cárcel de luz para atrapar a Alastor. Sin embargo, lo que no había anticipado fue que su magia se desvanecería ante el poder del campo que él había establecido. Cuando intentó encerrar a Alastor, su hechizo simplemente se disipó, como si hubiera chocado contra una barrera invisible.

Alastor: Ni lo intentes, queridita.

Respondió Alastor, una sonrisa gigantesca iluminando su rostro. Era obvio que disfrutaba de la situación. La princesa se dio cuenta de que al entrar en el campo de fuerza que él había creado hace tiempo alrededor de su hogar, su magia había sido neutralizada, dejando solo el poder de Alastor intacto.

Princesa Celestia: Quita el campo.

Dijo Celestia con autoridad, frunciendo el ceño. Pero Alastor solo sonrió y dio media vuelta, adentrándose en su hogar como si no le importara lo más mínimo. Celestia sintió un suspiro escapar de sus labios; estaba en una encrucijada.

Podía optar por salir del campo de fuerza y recuperar su magia, pero eso significaría abandonar la conversación. Sin embargo, una parte de ella sabía que tenía que intentarlo, que debía seguir adelante con su misión de hablar sobre la amistad.

Así que, decidida, eligió la segunda opción. Caminó tras Alastor, adentrándose en su hogar, sintiendo una mezcla de curiosidad y determinación. Al cruzar el umbral, la princesa se dio cuenta de que su deber iba más allá de una simple conversación; tenía que descubrir qué había detrás de esa arrogancia y desdén, y quizás, solo quizás, encontrar una manera de abrir su corazón hacia la amistad.

Continuara.

Nota: capítulo corto, lo sé, pero para la próxima voy a hacerlo mucho más largo.

𝐀𝐋𝐀𝐒𝐓𝐎𝐑 𝐗 𝐌𝐘 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐏𝐎𝐍𝐘 /// My Little Pony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora