🍁Capítulo cuatro🍁

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Era muy difícil para los seis alfas contenerse las ganas de estar con Jimin y hacerlo suyo, pero todos habían prometido esperar a que le llegara el celo y que fuera él quien eligiera al alfa con el que quería estar

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Era muy difícil para los seis alfas contenerse las ganas de estar con Jimin y hacerlo suyo, pero todos habían prometido esperar a que le llegara el celo y que fuera él quien eligiera al alfa con el que quería estar. Mientras tanto, cada uno de ellos lo protegía y consentía a su manera.

Aquella mañana, Taehyung llevó al joven a su oficina en el juzgado principal de Corea del Sur. Todos estaban admirados porque el alfa llevaba tomado de la mano al omega "apestoso", como lo llamaban algunos.

—Sí, es el apestoso Park —murmuró una de las secretarias ante su paso.

Taehyung se detuvo en seco, girándose sobre sus talones. Con mirada oscura se acercó al par de secretarias, lanzando feromonas de furia y mirándolas a los ojos.

—Repite lo que dijiste —exigió, su voz sonaba autoritaria y amenazante.

Jimin también había escuchado, estaba ruborizado, parado atrás de Taehyung y utilizándolo como escudo.

—No... No dije nada, señor fiscal —contestó la secretaria, ella era una omega, y su voz temblaba.

—Park Jimin es mi omega —declaró Taehyung—. Quien se atreva a tocarlo o insultarlo se pudrirá en prisión. Hagan correr el rumor, ya vi que son buenas esparciendo chismes en lugar de hacer bien su trabajo.

Las secretarias se miraron entre sí, asustadas, y asintieron con la cabeza.

—Sí, señor fiscal —dijeron al unísono.

Taehyung les lanzó una mirada final antes de girarse y seguir su camino con Jimin.

—No te preocupes —le dijo a Jimin con voz suave—. Nadie te hará daño mientras estés conmigo.

Jimin sonrió, sintiendo una oleada de gratitud hacia Taehyung.

—Gracias, Taehyung —dijo—. Significa mucho para mí.

Taehyung sonrió a su vez, y apretó suavemente la mano de Jimin.

—Eres mío, Jimin —dijo—. Y protegeré lo que es mío con uñas y dientes.

Jimin se estremeció al escuchar esas palabras, sintiendo una emoción que no sabía cómo procesar. Él seguía sin acostumbrarse al buen trato de los alfas, después de pasar toda su vida siendo humillado y excluido de todas partes a causa de su terrible aroma. La sociedad siempre lo había rechazado, y él se había acostumbrado a vivir en la sombra, escondiéndose para protegerse a si mismo.

Pero ahora, pareciera que la vida misma le estaba devolviendo no solo con un alfa, sino con seis, todos los desaires que recibió en el pasado. La ironía era casi poética.

—Quiero ser tuyo, Taehyung —dijo Jimin, su voz era apenas audible, pero llena de convicción.

Ambos sonrieron y avanzaron a la oficina del alfa. Era amplia, con un aroma a caoba casi asfixiante que llenaba el aire. El fiscal revisó algunos documentos, estaba tan concentrado en el trabajo que ignoró a Jimin por algunos minutos.

𝑀𝓎 𝒫𝓇𝑒𝓉𝓉𝓎 𝒪𝓂𝑒𝑔𝒶 || En emisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora