XD . tenkaichi nihon saikyou bugeisha ketteisen

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Feral Heart.

Autora: cafeinthemoon Sitio: Tumblr/ Ao3

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Capitulo 5 : Sueños febriles y rocas 

Los estudiantes tenían un breve tiempo libre después del almuerzo, durante el cual descansaban o se dedicaban a actividades inofensivas como jugar y pasear por los jardines de Nobunaga-sama. Por supuesto, con las emociones vividas esa mañana, todos tenían mucho en qué pensar, pero no todos estaban dispuestos a pasar la tarde rumiando, así que hicieron lo que muchas chicas harían cuando se quedan ociosas y sin supervisión: comenzaron a hablar.

Tú, por otro lado, sabías que no soportarías escuchar tu nombre entre los chismes, ni tampoco querías que te confrontaran sobre los eventos de antes, por lo que te apresuraste a escapar del alcance de tus compañeras de clase y te metiste en las profundidades del bosque que crecía detrás del recinto donde estabas alojada.

Tú también tenías mucho en qué pensar, pero tus deliberaciones tenían poco que ver con las lecciones, así que no las compartías con nadie.

Ahora estabas sentada en una de las ramas más altas de un árbol en medio del bosque; te habías quitado las sandalias y tenías las tiras atadas entre sí, formando un solo hilo que echabas por encima del hombro para liberar tus manos, ocupadas con un cuchillo que robaste de la cocina y una manzana que no tenías por qué robar. Con la espalda apoyada en el tronco del árbol, masticabas un grueso trozo de la fruta y recordabas las lecciones de la mañana por centésima vez.

El caso es que no podías olvidar lo rápido que Yagyu te engañó y te dominó, lo fácil que le fue acercarse y atraparte en el suelo, debajo de él, sin dar señales de vergüenza, a diferencia de ti, que no pudiste evitar que te subiera el calor al recordar la pelea. Aparentemente, tu maestro era realmente digno del título de Inigualable, pero su incomparableidad no se limitaba a la esgrima.

"Estaba tan cerca que podría besarme si quisiera. Y pensar que lo hizo delante de tanta gente... ¿no le da vergüenza?"

Tragaste la fruta y suspiraste, tanto por enojo como por timidez. La idea de que un beso ocurriera en esas circunstancias era demasiado para soportar. ¿Cómo volverías al recinto y te unirías a las otras chicas con todos esos pensamientos agitándose en tu cabeza? ¿Cómo conciliarías el sueño por las noches? No querías imaginar qué tipo de sueños podrían invadir tu mente en caso de que no fueras capaz de dejar esos sentimientos a un lado. Peor aún, la idea de regresar al área de entrenamiento al día siguiente y enfrentarlo como si nada hubiera pasado te perseguiría hasta que llegara dicho día.

Cortaste otra parte de la manzana y la pusiste en tu boca con la punta del cuchillo, pero terminaste cerrando los labios antes de retirar la hoja, lo que resultó en un pequeño corte superficial. Jadeaste y te tocaste el labio inferior, y se vio una pequeña gota roja en tu pulgar. Maldijiste y seguiste comiendo, pero la irritación causada por el corte no te dejó cerrar la boca, y el jugo de la manzana se filtró de ella, manchando tu yukata. Intentaste limpiarla lo mejor que pudiste, pero la marca no se podía concebir. Abandonaste el cuchillo y decidiste comer usando solo los dientes. Esta situación sería demasiado trivial para sacudirte el ánimo si no fuera por lo que ya habías experimentado ese día.

"¿Será que lo que pasó entre nosotros me impresionó tanto que me distrajo? ¿Por qué sigo pensando en eso?"

Mordiste la manzana en un punto que todavía estaba cubierto por la cáscara roja y por un momento cerraste los ojos, dejando que la pulpa y el jugo llenaran tu boca. Las respuestas, tal como las imaginabas –y temías– ya estaban allí.