Aurora
Nos acercamos a la mesa, y las conversaciones se van apagando a medida que nos ven llegar. Algunas miradas curiosas se dirigen hacia mí, otras se centran en Alexander. Puedo sentir el peso de las expectativas y las preguntas no formuladas en sus ojos. Aún no me acostumbro a ser el centro de atención, pero tengo que aparentar que esto no me afecta. Al fin y al cabo, este es mi futuro.
-Hasta que llegas, cabrón-dice un chico rubio, con una sonrisa traviesa y desparpajada.
Alexander sonríe, familiarizado con su actitud. Este joven, claramente, es el que siempre tiene que hacer el comentario fuera de lugar, con esa chispa que no puede evitar.
-No podía perderme el cumpleaños de Arianna-responde Alexander, sin soltar mi mano. Siento las miradas de todos sobre mí ahora. Aunque nadie lo dice, sé que están esperando que me presente. Respiro hondo, intentando mantenerme serena.
-Y supongo que nos presentarás a tu encantadora compañía -añade el rubio, lanzándome una mirada juguetona.
-Aurora -dice Alexander, presentándome-Ella es Aurora.
-Aurora-repite el chico con una sonrisa amplia-Soy Dominic, rey de Erebor, el que le da vida a este aburrido grupo. Siempre es bueno tener a alguien que rompa el hielo, ¿no crees?- Es el chico del que me hablo Beatriz, Dominic definitivamente tiene una personalidad que se hace notar, y no puedo evitar sonreír un poco
-¿Y luego dicen que yo soy el loco? -comenta un joven de cabello castaño oscuro, con una actitud más calmada-Soy Godwin, rey de Drakehorn, el más sensato de este grupo de lunáticos.
-Por supuesto, el más sensato -añade Dominic con un tono burlón y Godwin lo fulmina con la mirada
Antes de que pueda decir algo, una figura femenina se adelanta entre los chicos, y su energía juvenil ilumina el lugar. Es Arianna, la cumpleañera, y no puedo evitar sentir una leve descarga de nervios al ver lo hermosa y segura que se ve.
-Espero que te diviertas esta noche. Estás en buena compañía, aunque no sé si los chicos cuentan como tal. me dice, dándome un abrazo breve pero cálido
Arianna ríe, y su presencia relajada me ayuda a soltarme un poco más. Parece genuinamente amigable, sin ninguna sombra de hostilidad. Es imposible no sentir cierta simpatía hacia ella.
La tensión se disipa un poco con las bromas y la presencia de Arianna, pero aún puedo sentir el subtexto en todo esto. Saben quién soy, o más bien, lo que seré, la futura reina. Y, aunque ahora se muestren relajados, es inevitable que me evalúen. ¿Seré la adecuada para Alexander? ¿Podré estar a la altura de las expectativas?. Alexander parece notar mi incomodidad y aprieta ligeramente mi mano antes de hablar.
-Aurora, estos son algunos de mis amigos más cercanos. Dominic, como ya viste, Godwin, el supuesto sensato, y, claro, Arianna, nuestra anfitriona.
-Ven, siéntate -dice Arianna con una sonrisa acogedora, señalando un lugar vacío junto an ella.
Alexander me acomoda la silla antes de sentarse a mi lado, su mano rozando la mía por un breve momento. Alrededor de la mesa, las conversaciones comienzan de nuevo, aunque noto que todavía hay algunas miradas curiosas dirigidas hacia nosotros. Sigo intentando aparentar tranquilidad, aunque la verdad es que la sensación de ser observada no desaparece del todo.
-Aurora, ¿cómo te estás adaptando a todo esto-pregunta Arianna mientras me sirve una copa de vino, su voz dulce pero curiosa.
-Bueno... -empiezo, buscando las palabras correctas-Es mucho a lo que acostumbrarse, pero... estoy haciendo lo mejor que puedo.
Ella me sonríe con comprensión.
-Lo imagino. Pero verás que con el tiempo todo será más fácil, sobre todo si cuentas con personas como nosotros -añade, guiñándome un ojo.
Alexander se inclina hacia mí, su voz en un murmullo que solo yo puedo escuchar.
-Si en algún momento necesitas un respiro, avísame -me dice, como si hubiera notado mi incomodidad-Estas reuniones pueden ser... intensas- asiento ligeramente, agradecida por su consideración, aunque sé que por ahora lo mejor es quedarme y mantener las apariencias.
-Espero que estés lista para una noche larga. Las celebraciones aquí en el palacio tienden a extenderse hasta el amanecer, y mas si no están los padres, ya sabes-dice Dominic
-Estás hablando de ti mismo, ¿Cierto?-dice Alexander y suelto una risa
La cena está por comenzar, y los sirvientes empiezan a traer platos decorados con esmero, mientras las conversaciones se reanudan. Aunque todavía siento cierta tensión, la atmósfera poco a poco se vuelve más relajada. Alexander, con su mano sobre la mía bajo la mesa, me recuerda que, aunque todo esto es nuevo y abrumador, no estoy completamente sola en esta nueva realidad.
Arianna está sentada a mi lado, pero es imposible no notar a Godwin, quien se encuentra junto a ella. Puedo percibir cómo se miran, compartiendo pequeñas sonrisas cómplices que no pasan desapercibidas para alguien tan observadora como yo. No hacen falta palabras entre ellos; la tensión y el interés mutuo son evidentes. Es curioso cómo, incluso en un evento lleno de realeza, algunos gestos siguen siendo tan humanos y fáciles de leer.
Mientras las charlas y risas continúan a nuestro alrededor, no puedo evitar preguntarme si alguien más ha notado lo mismo que yo. Pero, si lo han hecho, nadie lo menciona.
-¿Te parece si brindamos por Arianna? -propone Dominic, interrumpiendo mis pensamientos con su habitual entusiasmo, levantando su copa de vino con una gran sonrisa. Alexander se une al gesto, levantando su copa también, y todos a su alrededor lo imitan.
-Por Arianna, y que este nuevo año te traiga aún más felicidad -dice Alexander con una sonrisa dirigida a ella.
-¡Por Arianna! -resuena la mesa al unísono.
Arianna sonríe, claramente emocionada y agradecida por el gesto, aunque no puedo evitar notar cómo su mirada se encuentra brevemente con la de Godwin antes de levantar su copa y brindar.
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La Debilidad del Rey
RomanceEl príncipe del reino de Quiverfang Alexander Baskerville Capell, cumple sus 21 años, edad adecuada para poder ser coronado como rey, pero hay una condición, una regla que se ha cumplido de generación en generación, y es que antes de ser coronado ne...