Las miradas del bastardo de mi padrastro no puedo soportar más. Cada vez son más descaradas e insoportables, no entiendo por qué mamá no hace nada para detenerlo o echarlo del apartamento. Si fuera mayor de edad me hubiera largado de aquí la primera vez que lo pille saboreando mi culo cuando me dí la vuelta para fregar los platos. Odio a ese hombre asqueroso que se aprovecha de mamá obligando a tener dos trabajos mientras él no tiene ni uno. No entiendo por qué una mujer quiere a un hombre que no ayuda en nada, y que encima le echa los ojos a su hija. Simplemente no entiendo por qué mamá no se deshace de ese bastardo. No ayuda con los gastos, tampoco en casa.
—¿A dónde crees que vas? No veo mi almuerzo preparado. Vuelve y métete en la cocina.
El bastardo piensa que soy su sirvienta. Hoy no estoy de humor para aguantarlo, tengo dolores menstruales. Paso casi corriendo por el pasillo que lleva al vestíbulo cuando de pronto aparece justamente frente a mí y toma mi cuello como nunca antes lo a hecho. Estoy sorprendida que me he quedado perpleja.
—Vuelve a la puta cocina o de lo contrario te obligaré. Recuerda que soy el jefe de esta familia.
Aprieto los dientes e intento remove sus manos de mi cuello que en cada segundo aprieta más. El bastardo miedo 1. 80, y a de pesar 80 kilos, todo el maldito día se ejercita en la sala mientras ve película para adultos. Recuerdo la primera vez que lo encontré viendo aquellas películas sin importarle que estuviera en el apartamento, volteó a verme como si dijera: "Ven, acercarte y veámoslo juntos". Fue tan repugnante que jamás volví a interrumpir mientras se encontra haciendo ejercicio y viendo porno. Lo más peor del bastardo es que es un ex-convicto, mamá a dicho que estuvo en prisión por robo, pero algo me dice que no es cierto por su forma tan asquerosa de ser.
—¡Me ves desafiante con esos ojos tuyo —comentó con una risa burlona sin remover sus manos de mi cuello —, pero te informo que soy la autoridad en este apartamento, y si digo que quiero mi almuerzo lo prepararas ahora!
—¡No soy tu puta sirvienta! —bramo nuevamente intentando quitarme sus sucias manos.
—Entiendo por qué estás de mal humor —dice con una sonrisa burlona —, estás en tus días, y por ello te sientes sensible.
Siento escalofríos por todo mi cuerpo, ¿cómo demonios sabe que estoy en mis días? Recién hoy comencé y guardo las toallas sanitarias en mi habitación.
—¿Cómo lo sabes? —pensé en voz alta.
—Soy tu padrastro, como un padre al tanto de su hija sé cuando te comenzó tu periodo, sé cuando te baja, y sé cuantos te dura —su sucia sonrisa se amplia más como si quisiera decirme "sé todo de ti".
—¡Eres un cerdo asqueroso! —insulto y por instinto le meto un golpe en los bajos. De inmediato suelta mi cuello para inclinarse hacia adelante. No esperaba ese golpe, lo agarre desprevenido.
—Maldita putita, no sabes lo que te espera cuando me repongo... —a puras penas amenazó inclinado de dolor.
Tomo aire antes de abandonar el apartamento. Nunca antes había aplicado violencia por no hacer caso a sus tontas demandas. No tengo idea que pasará cuando vuelva, pero ni loca que vuelvo mientras mamá no esté. Una día tengo que armarme de valor para contarle todo a mamá y que por fin lo eche del apartamento.
Llevamos un mes viviendo en este edificio de complejos que no conozco a nadie. El único lugar seguro mientras mamá no está es un edificio abandonado a dos cuadras. No uso el elevador, bajo por la escalera. No detengo mis pasos hasta que llego al edificio y entro directamente a mi lugar favorito para tomar aire y desquitarme sin que nadie vea o escuche.
—¡Hijo de puta, has arruinado nuestras vidas, te odio! —grito a todo pulmón y pateo la pared para sacar la rabia que siento. Doy la vuelta hacia frente para tumbarme cuando veo a una persona sentada sobre un escritorio viejo. Se trata de un chico de mi edad, creo yo, come una paleta de agua de color azul mientras me ve con una expresión neutral. Hemos hecho contacto visual que no puedo simplemente quedarme callada. —¿Y tú qué jodidos ves? —sé que no debo hablar de tal modo, pero con lo que a pasado no logro calmarme.
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Pacto de silencio (Baji Keisuke/ En curso)
FanficKimura Emi, vive con su madre y padrastro que la acosa mientras su madre trabaja dos trabajos al día. Para evitar que las cosas empeoren en el apartamento busca un lugar para refugiarse, llevándola a un edificio abandonado donde conoce a Baji Keisuk...