Kimura Emi, vive con su madre y padrastro que la acosa mientras su madre trabaja dos trabajos al día. Para evitar que las cosas empeoren en el apartamento busca un lugar para refugiarse, llevándola a un edificio abandonado donde conoce a Baji Keisuk...
—Vamos, ya dime qué rollo con esa chica del edificio donde vives. Es linda, lo único malo es muy preguntona. ¿Acaso no sabe que eres un pandillero?
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Kazutora llevaba días aburriendo a Baji con la misma pregunta. Entre Emi y Baji, solamente eran amigos que recién intercambiaron número de celular. Mensajean poco, pero lo hacían seguido con todo tipo de preguntas tontas cuando estaban aburridos. Al menos eso pensaba Baji, que Emi solamente lo hacía cuando no tenía nada que hacer cuando en realidad amaba conversar con él, aunque fuera por medio de texto.
—¡Cómo jodes con lo mismo! —exclamó Keisuke removiendo la liga de su cabello largo ondulado y las gafas tontas que usaba para cubrir su apariencia de los estudiantes que podían reconocerlo en la preparatoria como capitán de la primera división de la Tokyo Manji.
—Mírate, otra vez te has molestado cuando te recuerdo a tu novia.
—¡Maldito Kazutora!
El antes mencionado salió corriendo mientras se burlaba de la reacción infantil de Baji cuando se le mencionaba a Emi. Eran dos adolescentes de 17 años que reaccionaban diferentes cuando tocaban el tema de las chicas. Kazutora llevaba varios noviazgos que duraron poco tiempo por su modo de ser, nada serio, pero llegó con una chica a más que besos y caricias. En cambio Baji llevaba un tonto noviazgo con una chica extranjera que pasó vacaciones de verano en Japón, a la cual casi no recordaba porque fue efímero. No llegaron a más que un beso que ella le robó. Un beso que no disfruto por lo corto y sorpresivo que fue. De hecho no recordaba la textura de los labios de aquella estadounidense.
—¡Te voy a matar cuando te alcance!
Baji siguió a Kazutora por dos cuadras hasta alcanzarlo y meterle un golpe. Sinceramente no entendía el empeñó de su amigo para mencionarle cada vez que podía a Emi.
—Esto es por lo que sigo molestando, te pones violento cuando la mencionó. Ya dime si te gusta o piensa usarla para perder tu virginidad.
—Ni uno de los dos. Me molesta que la sigas mencionando cuando la has visto una vez.
Kazutora se repuso del golpe y colgó un brazo sobre los hombros de Baji.
—Escucha, es tu vecina de edificio, esta es la oportunidad para dejar de ser virgen.
—Qué te importa si sigo siéndolo.
—Eres el único de los cofundadores de la Tokyo Manji que sigue siendo. ¿No te avergüenza?
—Para nada. Lo seguiré siendo hasta encontrar a la chica adecuada.
Continuaron cambiando hacia Macdonald's donde se encontrarían con Draken y Mickey.
—Pues seguirás siendo virgen hasta los 21. Las chicas de ahora pierden la virginidad antes de los 16. Para cuando quieres perder tu virginidad no habrá chicas de tu edad que sean puras.
