God is a Woman

» 2 6

Capítulo 26. Lewis y el inicio del calvario.

Gema

—Tenía razón o ¿no? Querido Patrick.

—Sí, la tenias. —su rostro es de puro enojo. Por lo que es momento de usar mi conocimiento del pasado, me reserve para este día.

—Mira lo que haremos...
Mientras hablo el no deja de mirarme, Reece que se encontraba junto a él, también escucha toda la información que he recopilado por mi primera vida, junto a los planes que mi mente a creado. —No quiero errores, pero es algo que tu, Patrick, nunca haces, ¿Entendido?

—Sí, empezare desde ahora.

El se levanta con rapidez y sale del despacho. Me quedo con Reece quien no ha dejado de verme con sospecha.

—Sea lo que vas a preguntar, hazlo rápido, cariño.

—¿Cómo sabes todo eso..?

—Crees que estando casada con Christopher, solo me la pase jugando? Reece, debo proteger a mis hijos.

—Entonces, tus acciones y..

—Sí, Reece, ya sabía que Lewis iba a traicionar.

—¿Cómo?

—Te sonará estúpido pero tuve una visión.

—Suena estúpido.

—Por eso lo dije. Bueno, la visión me mostró esto y confirme todo cuando estuve embarazada de los trillizos.

Se que pude tomar represalias con Mascherano y dárselo a la FEMF a la primera, pero no podía dejar que el curso de la historia fuera de la mano a Christopher y Rachel.

Me levantó de la silla siendo ayudada por Reece, hace días me siento muy mal, quizás se acerca el nacimiento del bebé. Desvío el dolor hablando con Regina o jugando con mis hijos. Que es lo que haré en estos momentos.

—Me llevas a arriba?

—Claro, no es que sea tan viejo.

Narrador

Gema Lancaster estaba sentada en el suelo jugando con sus pequeños niños, acompañándola su primer esposo. Ambos habían conversado, estando de acuerdo que no podían dejar de lados sus responsabilidades. A pesar que los niños aguantan a Ilenko, Amelie no olvido a su padre y siempre lloro por él.
—¿Te sientes bien?

Le es muy extraño que Christopher este recostado en su vientre.

—Quieres la verdad o la mentira?

—La verdad aunque mientas, se la respuesta correcta.

Gema acaricia su cabello, recordando que anteriormente nunca había estado con él así en el pasado. Siempre fue tratada como una basura que se impedía en su felicidad. Le sorprende este Christopher.

—Sí sabes la respuesta para que preguntas.

Antes de que él quiera responder, la voces y llamados de sus hijos interrumpe la conversación.

—¡Papá!—la pequeña Amelie había caminado con lentitud a los brazos de su padre, quien no dudo en tenerla cerca.—¡Papá ñio!

—Papá es tuyo, hermosa.

—Mocosa. Uno la tiene nueve meses en su vientre y sale a su padre.

—Claro que sí.

Christopher no deja de mirarla, a pesar que esta dolido por su abandono e intento arrancar ese sentimiento, no pudo. Aun ama a su esposa, pero desde lo más profundo sabe que ella solo lo quiere, la conoce tan bien desde su niñez y el brillo de amor en sus ojos ya no están, esa inocencia, esa alegría angelical, él la mató.