Un sueño extraño.
Mi cuerpo se tensaba, no había quien parara. Solo podía ver mi habitación, otra vez con ese sueño. No encontraba una respuesta, tan simple o tan directa. ¿Por qué soñar, si al despertar solo podía recordar a aquellos ojos azules, como si fueran el oceano en plena tempestad? No recuerdo ni su voz, ni su cara. Solo sus ojos, que en mi diario solo es reconocido como "el chico de ojos azules".
— Otra vez, sueño con ese mismo chico... pero sin embargo no recuerdo ni su rostro,ni su voz.
Mis manos las llevé a mis labios, pasando delicadamente con las yemas de mis dedos por esa zona de mi rostro, recordando un poco sus caricias. Es extraño soñar con alguien que no conoces, o quizás enamorarse de alguien que jamás conocerás, y su única pista son sus ojos.
Y mis pensamientos, mis caricias se esfumaron al saber que siempre se detenían antes de llegar a su rostro. Mi propio martirio, que envuelve mi ser. La voz de mi hermana sonó desde la cocina hasta mi habitación, y ya debía comenzar mi día.
— Shinobu, porfavor,despierta. Se te hace tarde para la escuela. — Grito mi hermana, su voz era dulce y suave. — y porfavor, ve a despertar a kanao por ahí.
— Claro. — grité desde mi habitación.
Solo caminé hasta el baño, dónde dejé caer mi ropa de dormir: una pijama de seda corta y elegante. El agua era relajante, el jabón acariciaba mi piel y el champú era estimulante. Pero no podía parar de pensar en una persona, cuando fuera me estaba esperando mi novio, aquel novio a quien amaba... o quizás no lo amaba.
Al salir del baño, me envolví en un uniforme de tonos oscuros: una falda corta y una camisa blanca impecable. Unos zapatos negros combinaban perfectamente con medias del mismo color que la camisa, creando un contraste elegante. Mi cabello estaba recogido en una coleta perfectamente amarrada con un broche en forma de mariposa, un toque delicado en mi apariencia. Un perfume de glicinias fue aplicado meticulosamente en mi piel, su aroma dulce y reconfortante.
Me miré en el espejo y forcé una sonrisa, intentando borrar cualquier rastro de la noche anterior. Mi habitación estaba ordenada, pero mis pensamientos estaban en desorden, llenos de imágenes y sensaciones que no podía sacudir. Respiré profundamente y me recordé a mí misma que debía sonreír, que nada había pasado durante la noche. O al menos, eso era lo que debía creer.
Con una determinación renovada, salí de mi habitación para despertar a mi hermana menor, Kanao. Su sonrisa inocente y su energía infantil siempre lograban alegrarme, y hoy necesitaba precisamente eso.
—Buen día, hermanita, ¿cómo despertaste hoy día? —pregunté mientras me sentaba en la orilla de su cama, sonriendo suavemente.
—Buen día, Shinobu —respondió Kanao, estirándose y bostezando—. Dormí bien, gracias por preguntarme.
Me alegró verla tan descansada y sonriente. Su cabello despeinado y sus ojos brillantes me recordaron momentos felices de nuestra infancia.
—Vamos, hermanita —dije, levantándome—, debemos apurarnos. No queremos llegar tarde a la escuela.
Kanao asintió y se levantó de la cama, comenzando a vestirse rápidamente. Mientras se preparaba, le recordé. — No te olvides de bañarte, hermanita. — Ella sonrió y asintió de nuevo.
Después de que Kanao se bañó y se vistió, salí de la habitación para ir a la cocina. Mi hermana mayor, kanae, ya estaba allí, cocinando con habilidad y rapidez. El aroma de los pancakes y el café recién hecho llenaba el aire, haciendo que mi estómago gruñera de hambre.
—Buenos días, Shinobu —dijo Kanae, sin dejar de revolver la mezcla—. ¿Kanao ya está lista?
—Sí, está lista —respondí, sentándome en la barra de la cocina—. Gracias por hacer pancakes, Kanae. Huele delicioso.
ESTÁS LEYENDO
EL CHICO DE LOS OJOS AZULES [+18]
RandomShinobu kocho, una dulce joven de preparatoria que sueña en incontables noches a un hombre de ojos azules, electrizante e hipnóticos. búscame, y encuentrame. me enamore de alguien que no conozco, solo aparece en mis sueños y cada vez, mis sentimien...