EL CHICO DE LOS OJOS AZULES [+18]

CAPITULO 7

| ERA TAISHO 1920, BATALLA DE SHINOBU CONTRA LA SEGUNDA LUNA SUPERIOR. 3 DIAS ANTES.

la historia se hará base un poco del manga y de mis ideas para conectarlo con la narrativa de la historia.

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Mi vista se centró en el pequeño pozo del jardín, su agua cristalina reflejando la belleza del día. Me contuve para no sonreír, absorbida por la magia del momento. El sol brillaba, las mariposas danzaban y el ambiente era sereno.Pero mi corazón ocultaba un secreto. Estaba a punto de revelarle a los cazadores mi compromiso con Tomioka, el hombre que había robado mi corazón. El amor es hermoso, ¿verdad, hermana?

Sin embargo, la paz era ilusoria. Un demonio acechaba, dominando la luz del día. Los cazadores entrenaban, preparándose para la batalla. Yo, como investigadora junto a Tamayo, una demonio liberada de Muzan Kibutsuji, buscaba respuestas.¿Estaba todo bien? ¿Se desarrollaba según plan?

Mis pensamientos vagaban suavemente, envueltos en deseos y emociones, después de largas horas de trabajo. Solo buscaba refugio en la finca para descansar, asearme y cambiar mi ropa por algo más relajado. Un kimono de flores violetas, suave y fresco, sería mi compañero perfecto para una tarde tranquila.

Al levantar la mirada, vi a las pequeñas joyas de la finca: Kiyo, Naho y Sumi. Sus sonrisas iluminaban el jardín, llenándome de calor. Eran las tres niñas que protegería con mi vida si fuera necesario. Su inocencia y pureza me inspiraban amor y devoción.

Mientras las observaba, sentí una profunda conexión con ellas. Su risa y juegos me recordaban la importancia de la simplicidad y la felicidad. Mi corazón se llenó de gratitud por tenerlas en mi vida.

—¿Disfrutas mucho viéndolas, Shinobu? —preguntó Giyu Tomioka, su voz profunda y varonil rompiendo el silencio.

Me giré suavemente, sonriendo. —Demasiado, Giyu. Las adoro —respondí, mientras me hacía espacio para que se sentara a mi lado.

Sus dedos acariciaron mis mejillas suavemente, envolviéndome en una sensación cálida y protectora. Su mirada amorosa me envolvía, llenándome de paz. Giyu se sentó a mi lado, su cercanía me confortaba. Su amor era mi refugio, mi hogar. Juntos, compartíamos un lazo invisible, una conexión que trascendía palabras.

Las caricias de Giyu eran mágicas y únicas, llenas de amor y devoción. Nuestra conexión trascendía palabras, uniendo nuestros corazones en armonía perfecta.Su presencia constante me brindaba seguridad y confort. Sin necesidad de palabras, sabíamos cómo nos sentíamos. Nuestro amor era intuitivo, profundo y verdadero.Aunque le decía, sonriendo, que todos lo odiaban, mi corazón sabía la verdad: lo amaba con toda mi alma, sin reservas ni dudas. Esa confesión silenciosa me llenaba de paz y felicidad. Giyu era mi todo.

Y un beso apasionado, lleno de promesas y anhelo, selló nuestro amor prohibido. Mis manos entrelazadas con las suyas, sentíamos latir nuestros corazones al unísono, mientras el tiempo parecía detenerse.¿Así es amar, hermana?, me pregunté, recordando las palabras de mi madre: El cuerpo es frágil, pero el alma es eterna. Esa sabiduría infantil ahora cobraba sentido en medio de la pasión y la incertidumbre.

La batalla se cernía sobre nosotros, pero en ese momento solo existíamos nosotros dos. Mi corazón rogaba: Quiero verte de nuevo, Giyu. Quiero sobrevivir para amarte más. Protégeme, no me dejes.Mientras nuestros labios se unían en un beso desesperado, mi alma clamaba por la eternidad de nuestro amor. La separación parecía insoportable. ¿Podríamos superar la adversidad? Solo el destino lo sabía.

Nos separamos del beso,mis mejillas estaban rojas y su mirada latente que dibujaba un paraíso en mi interior. Giyu tomó mi mano, sus ojos brillando de emoción profunda.  — Hoy, Shinobu, quiero darte un regalo invaluable: mi corazón, mi sonrisa y mi paz interior. Quiero regalarte mis sueños, mis esperanzas y mi alma. Quiero construir una vida juntos, llenos de amor, risas y aventuras inolvidables.Eres mi sol, mi estrella guiadora, mi refugio seguro. Sin ti, nada tiene sentido. Cada momento contigo es pura magia. Quiero despertar contigo cada mañana, sentir tu calor y tu amor. Quiero explorar el mundo a tu lado, crear recuerdos inolvidables y amarte hasta el fin de los tiempos. Quiero ser tu compañero, tu amigo, tu amante. Quiero escucharte, protegerte y amarte sin condiciones. Quiero que juntos creemos una historia de amor eterna, llena de pasión, risas y lágrimas compartidas. ¿Aceptas mi regalo, mi amor? ¿Quieres compartir tu vida conmigo?  ¿ Quieres casarte conmigo? — Su voz tembló de emoción, esperando mi respuesta.