La vida de Henry, un profesor de secundaria, se viene abajo cuando su esposa le pide el divorcio para irse con su mejor amigo. Decide dejar todo y viajar a Italia, donde conocerá a Sophia, quien inmediatamente se interesa en él. Sin embargo, Henry s...
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ִֶָ𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐ 15 de junio de 1999
Arabella se miraba en el espejo, analizando con cuidado cada uno de los rasgos de su rostro. El delicado tono de su piel tomaba una nueva dimensión al resaltar su suavidad con un toque de colorete. Sus ojos, de un marrón oscuro, adquirieron un brillo más intenso debido a la fina línea de delineador que se había aplicado. Sus pestañas, levemente curvadas hacia arriba, parecían aún más largas y gruesas debido al toque de lápiz. Por último, un brillo sedoso realzaba su boca, resaltando sus labios.
Con un suspiro, Arabella se volvió hacia su armario, comenzando a inspeccionar su ropa. La tristeza en su mirada aún persistía, como una sombra que oscurecía su alegría por su aspecto. A pesar de haber logrado resaltar su belleza, ella se dio cuenta de que esa felicidad era sólo superficial, incapaz de llenar el vacío oscuro dentro de su corazón. Aún con la ropa bonita y el maquillaje perfecto, ella no pudo sentirse completamente bien; su tristeza era más profunda y más fuerte que cualquier cambio externo que pudiera hacer.
Después de probarse y descartar varias prendas, Arabella encontró un vestido color perla que resaltaba perfectamente su figura. El corte era elegante y sensual a la vez, y se ajustaba a su cuerpo como un guante.
Se sentía diferente, más atractiva.
Arabella salió de su casa con un paso decidido. Su rostro era una máscara hermética, pero sus ojos destellaban con rabia e impaciencia. La idea de venganza se había arraigado en su mente y estaba lista para poner en marcha el primer paso de su plan.
Arabella planeó cuidadosamente su encuentro con Tomasso.Usaría su encanto y sensualidad para seducirlo y hacerle creer que ella se convertiría en su amante. Con el pretexto de un asunto relacionado con la iglesia, acordó una cena con él.
En la cena, se aseguraría de mantener una conversación llena de coqueteo y sensualidad, sabiendo que su comportamiento lo llevaría directo a la palma de su mano.
La simple idea de tener que acercarse a Tomasso le provocaba náuseas, pero sabía que debía mantener su determinación y seguir adelante con su plan. A pesar de los horribles abusos que había vivido a manos de él, se obligaba a sí misma a fingir indiferencia y atracción.
"No va a ganarme esta vez", se dijo con determinación, mientras preparaba su actuación para la cena con Tomasso.
Después de ser rechazada por Henry hace unos días, Arabella había decidido que no lo incluiría en su plan de venganza. Ahora, estaba decidida a encargarse personalmente de Tomasso. No tenía tiempo para el amor. No sólo quería vengarse por los abusos que había sufrido a manos del pastor, sino que también quería mostrarle a Henry que era capaz de enfrentarse a su pasado por sí misma. Con esta nueva determinación, se preparó mental y emocionalmente.
Cuando Arabella llegó al sitio acordado, vio a Tomasso esperando con una sonrisa, y las piernas de ella flaquearon por un momento. Sin embargo, se obligó a sí misma a mantener una actuación normal y seductora, controlando su nerviosismo y reprimiendo los temblores de su cuerpo.
