So Alone - buddie

3

Buck

Suspiró guardando todas mis cosas en el bolso, cierro con algo de dificultad el casillero frente a mí luego de ya haber sacado todo.

Literal este casillero se está cayendo a pedazos, bueno, más que eso está tan oxidado que hasta cuesta cerrarlo.

Que asco.

La verdad acabar este día está siendo un locura, una horrible locura, bueno, más como una tortura.

Llevo todo el día soportando el ardor de mi tobillo, Eddie me entregó la crema y me dijo que me la aplicara las veces que pudiera para mantener la quemadura hidratada hasta que acabáramos el turbo y él pudiera limpiarla.

Al principio era soportable, pero llegó un punto en el cual ya no podía más, ni la maldita crema ayudaba a calmar el ardor, y el roce con la venda donde no me la supe poner ninguna de las veces que la retiraba para poner la crema, no ayudó nada de nada.

Simplemente terrible mi día.

Para más encima ahora sacar todas mis cosas de un casillero que debe de tener 3 diferentes tipos de tétanos.

Mierda.

Gruño molesto pasando por al lado de mis compañeros, los cuales solo me ven confusos, menos Eddie, que saca con calma sus cosas sin mirarme,

Logró escuchar antes de alejarme del todo como hen pregunta "¿qué le pasa?" Y como chim solo dice un "ni idea".

No puedo evitar ponerme de mal humor cuando parece ser que mi día fue literal mi día de mala suerte, bueno, en general mi vida es así, no sé de qué me sorprendo.

-¿seguirás refunfuñando ahí solo o te subirás a la camioneta?- preguntó Eddie mientras pasaba por al lado mío.

Le sigo con rapidez hasta una hermosa camioneta negra, brillante y muy bien cuidada, jamás había visto una camioneta tan bien cuidada.

-vaya, se gana bien aquí - digo con sorpresa, mientras me subo al copiloto.

Eddie parece querer decir algo por lo que yo dije pero se queda en silencio de la nada mirándome, su expresión cambia y él aprieta el volante con fuerza.

Suspira al parecer tratando de relajar sus manos que ya casi estaban blancas sobre el volante.

-la compré gracias a la pensión que me da el estado por haber sido parte del ejército - comentó con sequedad- pero yo no la elegí - dice bruscamente y casi como si se estuviera arrepintiendo instantáneamente de decir lo que dijo.

-¿quién tiene tan buen gusto entonces?-preguntó riendo, tratando de aligerar el ambiente.

Él se voltea a verme, logrando ponerme nervioso.

Este chico tiene formas de actuar muy extrañas, da un poquito de miedo, bueno, desde lo del casillero ya me daba un poquito de miedo.

Trago saliva incómodo.

-nadie - suelta, dejándome aún más confundido.

Decidí no decir nada, y el solo mete las llaves y enciende la camioneta. Por suerte se ve un poco más relajado, por lo menos ya no se ven blancos sus nudillos por apretarlos al volante.

Decide ya no mirarle, pegó mi mirada al frente viendo simplemente la calle.

- me estoy quedando en un hotel por el momento, es el que está casi al lado del terminal de buses - suelto al ver debe de doblar hacia alguna dirección y pues claro, aún no le decía donde me debía de llevar.

Su ceño se frunce, aunque solo asiente, gira a la derecha y conduce con calma.

Nos mantenemos en silencio mientras pego mi mirada hacia la ventana, viendo el paisaje.