CAPITULO II

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2 meses antes.





Abrió la puerta con fastidio.

Su ira burbujeaba bajo la superficie, abruptamente terminó la llamada y dirigió su mirada hacia la visita molesta.

"¿Qué deseas?"

Pronunció con una amabilidad forzada, intentando ser cordial, aunque sea un poco.

Ella se quedó con la mano levantada, lista para volver a tocar antes de que abrieran. Miró al gran hombre que había abierto la puerta y sintió un escalofrío ante la molestia en sus palabras.

Miró fijamente en su dirección, claramente evaluándola.  Estaba acostumbrado a que las mujeres dieran un paso atrás en su presencia, intimidadas. 

Ella se sobresaltó al ver su expresión y rápidamente se compuso. "Buenos días..." saludó nerviosa.

Él no respondió, simplemente se quedó mirando.  Esperando un motivo para su abrupta aparición.  Sus ojos azules y penetrantes la estudiaron.

Se sintió más nerviosa cuando él no respondió y frunció los labios nerviosamente, pero no pudo echarse atrás. "¿Está Hunter aquí?" Finalmente preguntó al ver que no iba a hablar, sus ojos lo recorrieron sutilmente, su parecido con él era impresionante pero el parecía más grande y más tosco, casi podía adivinar que era el padre o algún familiar mayor.

Sus ojos se entrecerraron cuando mencionó a su hijo, haciéndolo ver más intimidante.

"¿Qué quieres... con él?"

"Soy una amiga... cercana." respondió cautelosamente a su pregunta. No quería revelar mucha información sobre ellos dos, era complicado incluso para ella.

Sus cejas se alzaron, tomando nota de su declaración. Es evidente que su respuesta no le convenció.  Sus palabras no lograron asegurarle que era amiga de su hijo.

"¿Cómo dijiste que te llamabas?"

"Alina..." Ella respondió rápidamente, estaba nerviosa y casi tartamudeaba un poco, no quería caerle mal. "Mucho gusto."

La miró fijamente por unos segundos, estudiándola una vez más.  Cruzó los brazos frente a su pecho.  Un signo sutil de molestia. Los músculos de su mandíbula se apretaron, dándole la impresión de que quería morderla.  Pero contuvo su ira por el momento.

"¿Cuál es exactamente tu relación con mi hijo...?

"Soy... soy una amiga..." respondió limpiando el sudor de sus manos en la falda de su vestido, suspiró tratando de calmarse, no quería darle una mala impresión.

Con su mirada fija en ella, no respondió.  Haciéndola sentir como si un animal la estuviera mirando, escudriñándola para ver si era una amenaza o no.

Finalmente habló, en un estado agitado. "¿Están ustedes dos juntos?"

Alina se quedó sin palabras ante su pregunta, desvió la mirada evitando mirarlo, eso es algo que ella tampoco sabía pero que venía a descubrir hoy en esta visita.

Su ceja se alzó, esperaba que ella le diera una respuesta directa.  Tenía la sensación de que ella estaba ocultando algo.  Un ceño apareció en sus labios, indicando que ya había tenido suficiente de esto.

Con un rápido movimiento de su dedo, le hizo un gesto para que entrara a la casa.

Alina le agradeció internamente por dejarla pasar, sabía que no era bienvenida pero no podía rechazar la oportunidad, obedeció rápidamente y entró con cuidado.

Los Deseos de mi Papi | Libro IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora