|¦ CHAPTER 1¦|

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|¦ CHAPTER 1¦|
|¦ un nuevo comienzo ¦|

Hace muchos años, un grupo de héroes —algunos realmente valientes, otros solo arrastrados por el destino — fueron convocados. Todo por una profecía, la misma que decía que un artefacto, en las manos correctas, traería al mundo orden o caos. Fuimos temerarios, sí, al luchar contra algo que ya parecía escrito. Criaturas surgieron desde las profundidades, arrasándolo todo a su paso. Muchos de nosotros cayeron, devorados por las bestias, por la locura o por esa evolución que nos superaba a cada paso. A los que sobrevivían, se les daba una cruel oportunidad de resurgir, pero claro, con un precio: la alma de un compañero.

Semana tras semana, el peligro crecía. La amenaza estaba en cada esquina, y sobrevivir se volvió una rutina, un mal chiste. Al final, todo se trataba de intentar no morir, mientras el caos se desataba por todo el mundo. El destino parecía haberse cumplido. Las risas del mal resonaban en cada rincón, y las carcajadas de Revil, esa entidad maldita, nos seguían a donde fuéramos. Pero luego llegó el día de la batalla final. Orden y caos se enfrentaron, y en medio del fuego cruzado estaba ese artefacto, el destino del mundo en juego.

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Esta historia, la he recordado, y recordado, hasta quemarla en mi mente. Un ciclo que, créeme, no solo ocurrió una vez, sino dos. Y yo, Aquino, fui uno de los héroes que participó en el segundo ciclo. Aunque, claro, no fui parte del primero, cuando Dedthclow robo la ruleta por primera vez, antes de saber de la existencia de Revil y como Dedthclow solo fue un títere del caído.

¿Sabes? Mi historia tal vez no sea la más épica. No fui uno de esos héroes legendarios que la gente recordará con asombro o admiración. Ni siquiera puedo decir que fui uno de los más valientes. Pero aquí estoy, en este vacío, atrapado en el limbo. Mi alma, mi mente y lo que queda de mí están aquí, flotando. A veces pienso que este lugar es una broma cósmica. Un mal chiste del destino. Pero he tenido mucho tiempo para pensar. Sí, lo sé, suena irónico. Yo, pensando. Pero es la verdad.

Este lugar me ha hecho repasar una y otra vez los pequeños pasos que me llevaron hasta aquí, a este estado. Como un alma perdida, consciente pero impotente, condenado a ser un mero espectador de lo que sucede en el mundo después de que Revil fue vencido. Me pregunto si los demás estarán en el mismo plan, si aquellos que murieron contra ese tirano también están aquí, vagando en este limbo, mirando al mundo de los vivos desde lejos, incapaces de intervenir.

He visto cosas, créeme. He visto cómo todo se fue desmoronando. Las grandes bases que los héroes construyeron, devoradas por el tiempo y la naturaleza. Las guerras de las abejas gigantes que nosotros mismos cuidamos cuando eran larvas, las mismas que ayudamos a crecer hasta convertirse en princesas. Y cómo esa evolución que promovimos las llevó a la extinción, todo porque, después de que los héroes regresaron a su mundo, las abejas se expandieron demasiado, creando colonias como reinas y una guerra explotó.

He visto cosas que me han hecho sonreír en este vacío. Como ver caer a esos toros de mierda que alguna vez me mataron. Ver desplomarse el mismo cielo y perecer fue una satisfacción que no puedes imaginar. Fue... catártico. Un placer oscuro, lo admito.

Pero también he visto la tristeza. Vi a mi capibara. Mi fiel compañera, la mascota que adopté el primer día que llegamos a ese mundo, crecer, formar una familia, y luego morir. La vi cumplir su ciclo, y luego ver a su descendencia hacer lo mismo, hasta que, eventualmente, también se extinguieron. Un ciclo que me tocó presenciar, una y otra vez, desde las sombras.

A veces me pregunto cuánto tiempo más estaré aquí, observando todo desmoronarse. Pero, en el fondo, sé que nada cambiará. Estoy atrapado, y todo por un sacrificio.

"Esto no es un equipo, es un orfanato"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora