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Horas pasaron, y aún no podías mover la sangre en el pequeño plato frente a ti. Estabas a punto de rendirte, y lo mismo parecían sentir los dos hombres que te acompañaban.

Miraste el reloj digital en la mesa: ya eran las 5 de la tarde, y llevabas tres horas intentando sin ningún progreso. Con un suspiro de frustración, te sentaste en la silla cercana. Gojo te observaba con una mano apoyada en su mentón y una expresión de aburrimiento en el rostro, mientras que Nanami leía pacíficamente una revista.

Afortunadamente, ya no tenías hambre. Kaito, tu antiguo doctor, había pasado por la enfermería y te había ofrecido unos sándwiches a ti y a los demás.

"Tal vez no tengo la técnica de los Kamo después de todo", dijiste con decepción.

Gojo quiso responder, pero Nanami se le adelantó. "Piensa en tu sangre como si aún fuera parte de ti", dijo.

Frunciste el ceño. "¿Qué crees que he estado haciendo durante las últimas tres horas?", le respondíste molesta. Alzaste la voz, cansada de las pruebas, y te volviste hacia Nanami, quien seguía leyendo su revista en silencio.

"Es difícil intentar dominar una técnica que probablemente ni siquiera tengo", continuaste, golpeando la mesa con los puños cerrados. "Estoy perdiendo el tiempo aquí, ¡no lo ves!"

Gojo finalmente intervino: "Y/N, mira". Apuntó hacia el plato de Petri, y para tu sorpresa, la sangre ya no estaba allí, sino que goteaba por el borde de la mesa.

"¿Cómo...?" fue lo único que pudiste decir.

Nanami rompió su silencio: "Aparentemente, se controla con emoción", dijo, esbozando una pequeña sonrisa. De inmediato te sentiste culpable por haberle gritado.

"Lo siento", te disculpaste.

Nanami lo desestimó con un gesto: "Está bien, solo te estaba poniendo a prueba". Cerró la revista, y Gojo, con una gran sonrisa, dijo: "Así que sí, manipulas sangre."

La realización te dejó sin palabras. Ahora sabías que realmente eras una Kamo, lo que significaba que podrías convertirte en una de las mejores hechiceras de jujutsu. La felicidad te invadió al pensar en cómo podrías proteger a los que amas con tu técnica.

"Pero tendrás que entrenar mucho", te recordó Gojo, como si hubiera leído tus pensamientos.

Nanami se levantó, mirando su reloj. "Los demás probablemente ya terminaron de entrenar", dijo. "Ya puedes irte."

"¡Gracias!" respondiste emocionada, mientras te dirigías hacia la sala común.

Al entrar, todos los estudiantes de primero y segundo año te saludaron. Maki fue la primera en notar tu presencia, seguida por los demás.

"¿Dónde está Toge?" preguntaste, sin darte cuenta del cambio en sus expresiones.

Panda te miró rápidamente, mientras Maki casi se atraganta con su agua. Nobara, sonriendo, comentó: "¿Te refieres a Inumaki-senpai?"

Te quedaste en blanco, sin saber qué decir. Justo en ese momento, la puerta detrás de ti se deslizó, interrumpiendo el incómodo momento.

Toge Inumaki ᴊᴜᴊᴜᴛꜱᴜ ᴋᴀɪꜱᴇɴ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora