Becky una doctora de lo más estricta, sincera y ruda al momento de decir las cosas, no busca el amor, cree en el y quiere un futuro con la persona indicada y un día simplemente el amor llegó, en el cuerpo de una paciente, que sólo estuvo menos de do...
Freen se encontraba acostada en la camilla cuando escuchó unos tacones chocando con el suelo.
💭"Mi doctora" se dijo en la mente, tan rápido ya reconocía como eran las pisadas de la doctora.
-Disculpe, señorita, necesitaremos el nombre de sus padres, tenemos que avisarles a alguien que venga a hacerle compañía, es algo rutinario- le dijo la doctora sonriéndole.
-Si claro- le acercó una tabla con papeles y Freen comenzó a llenar los datos.
-Listo, vuelvo en un momento- sonrió y se dio la vuelta.
Más tarde una de las enfermeras se había encargado de llamar a la familia para avisarles. En menos de 15 minutos Elizabeth se encontraba entrando por las puertas automáticas del hospital.
Fue recibida por la enfermera Irin que la puso al tanto de todo. Minutos después la propia doctora Armstrong explicó el procedimiento que harían y le permitió entrar a ver a su hija.
-¡Freen Sarocha! ¡Por qué no llamaste antes! Crees que porque ya no vives en mi casa puedes hacer este tipo de cosas- Freen se puso roja de la vergüenza, ser regañada por su madre, teniendo 25 años y frente a la chica que le gusta.
-Mamá tranquilízate, yo venía a ver qué pasaba y simplemente resultó que es necesario operarme, mi teléfono no lo tengo conmigo ¿ok? Disculpa- levantó las manos.
-Ok, sólo porque está dulce doctora me ha explicado todo, es un ángel, muchas gracias por cuidar de mi bebé- Dijo mirando a la doctora Armstrong.
-¡Mamá!- Freen estaba más roja.
-Oh no señorita, nada de mamá, es la verdad eres mi bebé no importa la edad que tengas.
-Pero, no me avergüences, delante de las personas.
-No se preocupe Freen- interrumpió Becky- Las dejó solas un momento, en 20 minutos entraremos a operarla, ahorita vienen unas enfermeras para colocarle suero.
La doctora salió y Freen apartó su vista hasta que la vio doblar para el otro pasillo.
-Mi bebé está enamorada- escuchó de repente a su madre.
-No, deja de decir esas cosas mamá.
-Me parece buena chica, ¿ya la invitaste a una cita?- Dijo Elizabeth acercando una silla y sentándose al lado de su hija.
-No- respondió Freen agachando su cabeza.
-Ey, ¿por qué esa carita mi amor?- Tomó la barbilla de su hija y levantó su rostro.
