04

17 3 0
                                    






⇨♡⇦






Kun abrió los ojos lentamente, hizo una mueca por el sol de la mañana que entraba por la ventana. Extendió la mano hacia Jisung, encontrando vacía la cama a su lado. Se incorporó rápidamente y miró a su alrededor.

Jisung no estaba.

Saltando de la cama cogió sus vaqueros. Se fue vistiendo por el camino mientras iba por el pasillo en dirección al cuarto de huéspedes. También estaba vacío. Corrió por el pasillo escaleras abajo. No sabía cómo había conseguido bajar sin romperse el cuello, pero lo hizo, siguió el ruido que súbitamente venía de la cocina. Se detuvo de golpe al ver a Jisung delante de la cocina vestido únicamente con un par de pantalones de pijama, con los bordes enrollados para no tropezar.

Jisung se volteó con una sonrisa en los labios cuando vio a Kun en la puerta.

—Buenos días ¿Tienes hambre?.

Kun asintió con aire ausente, tratando de regular la respiración acelerada. Jisung todavía estaba aquí. Había descubierto tras la noche pasada que su gran anuncio habría podido hacer que Jisung corriera hacia las montañas lo más rápido que hubiera podido.

 —Bien, toma asiento. El desayuno estará listo en un momento. ¿No quieres una taza de café?. —Preguntó Jisung señalando la cafetera con la espumadera que tenía en la mano. —Espero que te gusten las tostadas francesas.

Kun se acercó a servirse una taza de café, luego se sentó a la mesa. Observó a Jisung mientras se movía alrededor de la cocina, dándole la vuelta a los pedazos de pan con la espumadera. Parecía encajar a la perfección en la cocina de Kun.

Jisung sirvió varias piezas de pan francés en un plato grande y lo dejó sobre la mesa antes de sacar varias fuentes del horno y ponerlas también sobre la mesa. Se movió con rapidez y sacó una jarra de zumo de naranja de la nevera y se sentó frente a Kun.

—¿No vas a comer?. —Preguntó Jisung.

—¿Por qué sigues aquí Jisung?.

—Pensé… pensé que me habías dicho que podía quedarme. —Dijo Jisung doblando rápidamente la servilleta que tenía entre sus temblorosas manos y la dejó al lado de su plato cuando se puso de pie con la cabeza hundida en su pecho. —Estoy- lo siento, no te entendí bien. Ya me voy.

Kun capturó a Jisung envolviendo su cintura con un brazo cuando pasó por su lado y tiró de él hasta dejarlo sentado en su regazo. Se sorprendió al poder sentir las turbulentas emociones que rondaban a través de Jisung tan pronto sus cuerpos se tocaron.

Jisung estaba molesto consigo mismo por haber malinterpretado a Kun. De golpe también sintió mucho miedo porque no tenía ningún lugar seguro a donde ir. Sin embargo, lo más importante para Kun, fue saber que Jisung estaba lleno de tristeza por tener que dejarlo.

Kun envolvió a Jisung en sus brazos y atrajo su cabeza contra su pecho.

—Shh, bebé, está bien. —Le susurró en el pelo a Jisung y lo besó en la parte superior de la cabeza. —Te dije que podías quedarte y estoy muy feliz de que lo hayas hecho. Solo me sorprendiste, eso es todo.

—¿Estás… seguro?. —Preguntó Jisung tímidamente.

—Sí cariño, estoy seguro. Te quiero aquí. Me preocupaba que no quisieras quedarte después de lo que te dije anoche. Tienes que admitir que no todos los días uno se entera de que su amante es un cambia formas, Jisung.

—¿Qué quieres decir con eso?.

—¿Con qué parte?. —La respiración de Kun se quedó atascada en su garganta con el delicioso rubor que cubría las mejillas de Jisung. Era adorable y muy sexy, todo al mismo tiempo.

Luna | KunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora