13• La carta escondida

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Día de lavado

La cesta de ropa yacía llena a una esquina de la puerta mientras un moreno cambiaba las sábanas de su cama, o intentaba  hacerlo porque gracias a un pequeño felino que le distraía no terminaba rápido ya que había tomado la idea de jugar entre el edredón haciéndole más difícil la tarea de quitarlo.

— JinJi... Debo quitarla...— llamo jalando en el proceso la sábana.

Las manitas del mencionado sacaron sus garritas atrapando la tela para después tomarla con su boquita y empezar a patear con sus patitas traseras en modo de juego. Namjoon dejó de jalar la sábana dándose por vencido al ser la quinta vez que intentaba hacer la misma acción siendo interrumpido por su mascota, sus ojos marrones recorrieron la habitación buscando algo con que posiblemente entretener a su pequeño y entonces sonrió al ver lo que buscaba en su escritorio donde yacían sus materiales de pintura.

— ¿Quieres un juguete?— cuestionó caminando hacia el mueble para tomar un pequeño pincel que ya tenía varias mordiditas — Mira... JinJi...— llamo meneando el objeto ante los ojitos jade buscando llamar su atención.

— Prrrrrrr...— ronroneo curioso al ver su "juguete" en las manos de su dueño.

— Ve por el...— dijo para después aventarlo a una pequeña distancia del colchón buscando que con ello su albino saliera de la cama.

JinJi observó el objeto con sus ojitos redondos gracias a la adrenalina que sentía por su juego, pero en vez de correr hacia su juguete que yacía en suelo simplemente se acostó en el edredón desordenado para seguir mordiendo la tela dejándole en claro a Nam que aún no le apetecía dejar ese lugar.

— Hay... JinJi, necesito cambiar la sábana...— se quejó mirando con una ceja alzada al mencionado.

Miau... Prrrrrrr...— respondió el pequeño girando juguetonamente su cabecita para después extender sus bracitos hacia el moreno.

Namjoon rodó los ojos con diversión haciendo que sus labios formarán una pequeña sonrisa mientras soltaba un suspiro de resignación al ver las acciones tan dulces de su pequeño, dejó de luchar con el edredón teniendo la idea de que tal vez podría cambiarlo después y sintiéndose totalmente derrotado tomo lugar en el colchón llevando suavemente su mano hasta sentir el suave pelito de su animalito mientras buscaba con la mirada otro lugar que necesitará limpiar.

Miau...— JinJi maullo sorprendido cuando sintió como los cálidos dedos de su dueño acariciaban su pancita. Nam sonrió.

— Tienes suerte de ser una cosita linda...— comentó mirando con dulzura como su pequeño recibía sus mimos.

Ese pequeño gesto le hizo hizo sonreír conmovido ya que desde aquella noche donde había soñado con su amado sentía una sensación diferente en su interior, era cierto que desde que JinJi había llegado a su vida todo había cambiado, pero habían ocasiones en donde la última memoria que tenía de su pelinegro lograba atormentarlo en cierta manera haciendo que terminará recayendo sobre la almohada y aunque a diferencia de otras veces donde lloraba solo ahora era consolado por su pequeño que ronroneaba hasta que dejaba de llorar.

Pero después de aquel sueño algo había cambiado dentro de su corazón ya que sentía una calidez que de algún modo le decía que su amado estaba bien, que a pesar de aquel trágico suceso que le cobro la vida estaba en un lugar tranquilo y de algún modo sentía que estaba esperándole en ese hermoso campo de rosas. Sonrió, pensar aquello le hacia sentir una inmensa felicidad ya que el último recuerdo que guardaba de Jin era uno muy triste, pero ahora tenía uno reciente donde lucía hermoso, tranquilo y a salvo, y sin duda era imposible no revivir esa imagen cada que podía.

¿Reencarnación? <Namjin>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora