Capítulo 7

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-¿Rubí no se suponía que los reyes llegaban en una semana? - Pregunto Mulán con angustia.

-Si, si se suponía que llegaban en una semana, no se que hacen aquí- dijo Rubí con la misma angustia que tenía su novia.

-¿Rubí, Emma, dónde están? - se escuchó de nuevo la voz de Snow esta vez más cerca.

-Escóndete- dijo Rubí a Mulán mientras la cogía por el brazo y la encerraba en el armario.

-¡¿Qué?!, no te voy a dejar sola con ellos-

-Mi amor necesito que te escondas, no sabes cómo son. Necesito que salgas a buscar a Emma por si algo me llega a pasar. Busca a Granny ella te ayudara a salir del castillo sin que te vean- dijo Rubí mientras le daba un beso a Mulán.

-Está bien, te prometo que si te pasa algo esos dos no la van a tener fácil- dijo mientras cerraba la puerta del armario.

A los pocos segundos las puertas de la habitación de Rubí se abrieron con Ímpetu y una Reina muy histérica entró a la estancia.

-Reina Snow, que grato volver a verla de nuevo. ¿Cómo les fue en el viaje? - dijo Rubí mientras mantenía la mirada en el piso.

-Muy bien gracias querida, ahora te voy a preguntar ¿Dónde está Emma? – pregunto Snow mientras se acercaba lentamente a Rubí.

-Em...ma-

-Si Emma, la princesa Emma. ¿Dónde está? - pregunto de nuevo pero esta vez con más rudeza en la voz.

-Emma... no está en el castillo-

-¡¿Qué?!, ¿Cómo que no está? ¿Dónde está mi hija, Rubí respóndeme.-

-Yo... yo no sé dónde está- mintió, necesitaba mentir ya que si decía la verdad las cosas se iban a poner peor.

-¿Cómo que no sabes dónde está mi hija?, la deje a tu cuidado. ¡Guardias! – dijo Snow y a los segundos entraron dos guardias a la habitación. - Arréstenla-

-Snow, ¿Qué estás haciendo? - dijo Rubí mientras veía como los dos guardias la aprehendían.

-Has dejado que la princesa se escapara del castillo, pagarás por lo que has hecho. ¡Guardias llévenla a los calabozos! –

-Snow, estas cometiendo un error, ¡Suéltenme! ¡Snow! – Rubí gritaba mientras la arrastraban hasta los calabozos seguida de Snow.

Mulán no daba crédito a lo que acababa de ver. Aún no salía del armario, pero había observado y escuchado todo, la Reina Snow acababa de arrestar a Rubí por la supuesta desaparición de la princesa además de que no le había revelado la verdad de donde estaba Emma. Tenía que salir como fuera del castillo y avisar lo que estaba sucediendo tanto a Emma como a Regina.


Regina acababa de despertar y lo primero que se posó en su campo de visión fueron unos crespos rubios. En su cara se dibujó una sonrisa enorme al despertar junto a la mujer de su vida, así se quedó unos buenos minutos, solo contemplando la belleza de Emma; al cabo de unos diez minutos empezó a acariciar la espalda de la rubia lo que provocó que empezar a revolverse entre las sábanas.

-Buenos días- dijo la princesa mientras se giraba aun con los ojos cerrados.

-Buenos días amor de mi vida- dijo Regina mientras le dejaba un suave beso en los labios.

-Anoche fue...maravillo. Fue una noche mágica, gracias Regina por hacerme tan feliz en estas semanas. - dijo Emma ya con los ojos bien abiertos mientras miraba a su amada.

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