La lluvia seguía cayendo sin cesar, empapando la calle frente a la tienda de Naida. Estábamos ahí Naida, Rocío y yo como si el mundo hubiera reducido su velocidad al compás de las gotas golpeando el suelo. Rocío, tímida como siempre, observaba de reojo, claramente nerviosa, mientras Naida seguía quieta, sin decir mucho. ~~Naida ¿qué te pasa? (le dije, medio en broma, pero con preocupación real) tienes que tener más cuidado, casi te caes otra vez. Esperaba que como siempre, soltara una risita o al menos me respondiera con esa pequeña sonrisa torpe que solía tener, pero no fue así algo estaba mal y lo supe de inmediato, la sonrisa de Naida, que ya era débil se desvaneció por completo. Su mirada se perdió en el vacío, como si de repente hubiera recordado algo que la había golpeado fuerte. Mi broma quedó flotando en el aire y el silencio que la siguió fue incómodo, pesado ¿Qué le pasa? me pregunté, sin atreverme a decirlo en voz alta, traté de animarla de hacerla reír como solía hacer, pero entonces vi algo que me partió el alma: sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, no eran las típicas lágrimas de alguien que se asusta por una caída; esto era algo más profundo, más doloroso, no entendía por qué pero ver a Naida así me desarmó por completo, las sonrisas que Rocío y yo llevábamos desaparecieron al instante, Rocío siendo la chica dulce y preocupada que es, se acercó a Naida con pasos pequeños, como si no quisiera incomodarla y le preguntó en voz baja. ~~¿Estás bien, Naida? Naida temblaba, intentando mantener una fachada de calma pero apenas lograba articular una respuesta, cuando finalmente habló su voz era apenas un susurro, quebrada y temblorosa. ~~Sí... estoy bien...
No le creí ni por un segundo, estaba claro que algo más pasaba algo que iba más allá de una simple caída, no sabía qué hacer en ese momento pero mi instinto fue buscar algo que pudiera reconfortarla, metí la mano en mi bolsillo y saqué un chupón rosa que tenía guardado. Era nuevo, lo había comprado para bromear un poco con Naida, sabiendo lo que le gustaba ese tipo de cosas, pensé que tal vez eso la ayudaría a calmarse por eso con cuidado, se lo puse en la boca. ~~Tranquila bebita, todo está bien (le dije en un tono suave, intentando que volviera a su yo habitual) estás a salvo no te preocupes. Le acaricié el cabello mientras ella chupaba el chupón con fuerza, buscando consuelo, al principio pensé que todo esto era por el susto de casi caerse, pero mientras la miraba me di cuenta de que no era solo eso. No, había algo más profundo detrás de sus lágrimas era como si hubiera recibido una noticia terrible o como si hubiera recordado algo que no podía soportar. Rocío también lo notó, sus ojos se entrecerraron, como si tratara de comprender lo que estaba ocurriendo. ~~Naida... (empezó Rocío, con su voz suave casi tímida) ¿Estás segura de que estás bien? No parece que sea solo por la caída...
Naida solo asintió, pero yo tampoco le creí. Su temblor, sus lágrimas silenciosas, todo en ella gritaba que algo estaba mal pero por alguna razón, no nos lo quería decir tal vez no era el momento de presionarla; tal vez lo único que necesitaba era nuestro apoyo en ese momento, sin preguntas ni juicios, así que sin decir nada más, la abracé dejando que se calmara poco a poco. La lluvia seguía cayendo y nosotros tres permanecimos allí, en silencio, unidas en ese extraño momento sin entender del todo lo que pasaba, pero sabiendo que pase lo que pase, estaríamos ahí para Naida.El sonido de la lluvia continuaba, suave pero persistente, mientras veía a Naida desaparecer hacia el baño sin decir una palabra más. Rocío y yo nos quedamos en la tienda, intercambiando miradas preocupadas sabíamos que algo le pasaba pero Naida no parecía lista para compartirlo, Rocío tan dulce como siempre, fue la primera en hablar. ~~Laura ¿crees que deberíamos hacer algo? (preguntó, casi en un susurro, mirando hacia la puerta del baño) estoy preocupada por ella. Suspiré, cruzando los brazos, pensando "claro que estoy preocupada" pensé pero no quería presionar a Naida más de lo necesario. ~~No sé, Rocío... (dije frotándome la nuca) no creo que sea buena idea forzarla a hablar ahora mismo, necesita su espacio, Rocío asintió pero seguía inquieta después de un momento de silencio, propuso algo. ~~Mi departamento está cerca... tal vez podríamos llevarla allí, que se relaje un rato, hacer que se sienta cómoda... ya sabes como la última vez. Dijo tímidamente, refiriéndose a aquella ocasión en la que habíamos pasado tiempo juntas, relajándonos y divirtiéndonos en la pijamada. Fruncí el ceño aunque apreciaba la idea, sentía que este no era el momento para eso. ~~Rocío, no creo que esté en condiciones para eso ahora mismo (le dije, poniendo una mano en su hombro) algo la tiene muy mal y no creo que se sienta bien para... bueno ya sabes, hacer lo que hicimos la otra vez.
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La tienda de pañales
AcakNaida decide abrir una tienda de pañales a lo largo del camino, enfrentara desafíos y haciendo nuevos amigos.