Olaya

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En mí hay de argali
dos largos cuernos;

sus astas, en frente estocada,
tremendo metal en torso
de un carnero.

El camposanto
es urna de historia, 

donde enlutan flores dolientes
y crepita mohína hojarasca.

Y aunque no me mienta,
embista la muerte, Olaya.

....

¡Rehuso, rehuso de rodillas,
yo a mirarla!

Dedicado a mi amiga Olaya.
Que en paz descanse.

Ojalá no te hubieras ido.

Te quiero.

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