Diario de invierno

Dolores Ígneos de Apolo

Dolores Ígneos de Apolo
(PRIMERA PARTE)

Pieza interpretable para escena teatral escrita en verso. Reconstrucción del mito de Apolo y Dafne.
Dibujo propio al concluir el poema.

Personajes:
Ladón-Padre de Dafne
Dafne-Dríade, hija de Ladón
Apolo- Dios del Sol, enamorado de Dafne

Texto poético a interpretar:

PRIMER ACTO

LADÓN
(Narrador omnisciente.
Observando desde la lejanía en sus dominios)

Una suplicante ninfa
de helada sangre,
que huía del rumor del río
y de un dios enamorado,

dijome en un grito
de susurro quebrado:

DAFNE

(Dirigiéndose al Dios del Río
con la vista hacia las aguas)

—Padre mío,
cuidome vuesa merced de lo carnal
que con esmero él desea,
que en mí solo vislumbro odio
y en él un amor que recibir no anhelo.

Pues mi corazón
se inclina por la soledad,
por refugios que resguarden
del varón de dorada flecha en pecho.

Ladón,
padre misericordioso,
frágil mi fuga se torna,
cercana suena la ansiosa voz de Apolo.

LADÓN
(Narrador omnisciente)

Mi fébril esperanza,
al viento se diluye inerte;
sin huella alguna de su larga estancia,
sin roce alguno de su cumplida gracia.

Dafne, dulce hija mía,
un camino de Artemisa peregrinas.

Cuyo destino en mis manos se halla,
tras el impacto del plomo
de pobre, menuda benevolencia.

(Con rabia temblorosa en su tono)

Obra a favor el Olimpo,
del nacido de sangre de Zeus y Leto,
de la castigada divinidad.

Jóvenes heridos sois
por armas del carcaj de Eros,
mas la llamada de socorro
que a mí acude una sola es.

(Suspirando, tornando la rabia en tristeza, bajando la voz)

De tus verdes
primaverales luceros me despido,
teñidos por lagrimales llorosos
con clorofila pura;

a tus cabellos
un adiós sonoro sollozo,
de ocultas glaucas venas nutridos
que germinan de la corteza
de un robusto tórax;

a tus brazos gráciles
y a tu figura tenue
otorgo la partida,

orientada hacia el beso
de las luces más vivas de los días.

....

(SEGUNDA PARTE)
SEGUNDO ACTO

LADÓN
(Narrador omnisciente)

Corta un desconsolado lamento,
el sonido de la madera creciente
y en una caída de una derrotada deidad
se extingue, fenece.

APOLO

(Derrotado por la pérdida de su amor,
furioso por la venganza de Eros, caminando frenéticamente en círculos cerca del árbol de Dafne).

—¡Oh, Dafne!
¡¿Merecías tal barbarie,
a manos de los celos de un dios vengativo?!

¡Bastardo arquero envenenado,
consumiste una vida mortal inocente,
para tus milenios un simple suspiro!

(Mirando sus manos sin consuelo,
cerrando las palmas con fuerza)

—¿Condena mía es el riego
de tu majestuoso laurel,
amarte hasta derramar por tus raíces
mi preciado icor divino?

¿Es la perpetua pena,
que acontecerá incluso
con la visión de mis propias flechas?

—No podrá poseer mi arco fiel
de libertad absoluta,
siquiera lejos del ligero temblor de mis dedos;

cura ninguna
sanará la marca de tu presencia fugaz
a fuego sellada,

de rebosante ardor
de pasiones por conocerte ,
humedecida en profundas aguas.

En ávidos y bravos fluidos,
que guardarán entre la corriente
un mito que me juzga con recelo.

El Sol no bañará las tierras
en este hogaño con tanto brío,
el Oráculo podrá ver acaecer
al huérfano silencio por el que será engullido
....

(Con la vista hacia el cielo,
brotando lágrimas, parado junto al laurel)

—Porque esta tarde, amor efímero,
la voz melodiosa en mi garganta queda atorada...
Mi alma eviterna ansía un lecho.

LADÓN
(Narrador omnisciente)

Como culmen de la tragedia,
a pasos de pesadumbre se acerca
y susurra a la orilla más cercana del río.

APOLO

(Acercándose para caer de rodillas junto a la orilla del río más próxima, colocando una mano temblorosa en el pecho y voz firme)

—Ladón,
no habrá honor más grande
que lucir una delicada corona láurea
como símbolo de victoria.

No habrá honor más grande
que el recuerdo de su hija,
que llevar siempre consigo
a la gloriosa ninfa Dafne.

Será
parte ella
de la guerra, el amor,
la vida...

—Ella será historia,
el triunfo de Grecia.

Mi
ansiado arte.

*Dibujo realizado de forma manual y digital.