Capítulo 01: Un (no) cuento de princesas

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Antes de leer el capítulo te dejo este glosario de palabras que te pueden servir para la comprensión del mismo:

Bendición: Costumbre de pedir la bendición a los padres o abuelos.

Camionetica: Autobús pequeño o colectivo de uso común.

Chamitos: Manera cariñosa y coloquial de referirse a los niños o a los jóvenes.

Cerro: Barrios de menores recursos económicos, con viviendas autoconstruidas y calles angostas y empinadas.

Coye: Expresión que denota sorpresa o molestia.

Echar varilla: Conversar animadamente o decir cosas sin parar. (Fastidiar/Joder)

Enchufados: Personas que tienen beneficios especiales, muchas veces por contactos o influencias.

Liceo: Secundaria.

Salado: Tener mala suerte.

Saperoco: Problema o discusión.

Sifrinas: Personas con actitudes de clase alta, a veces usado de manera burlona.

Tobo: Cubo o balde.

Violín: Mal olor (de axila) , especialmente en ambientes con mucha gente.

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Margarita me llamo, Margarita como la isla, como el trago que el que lo inventó le puso así en honor a una Margarita, como la princesa de Inglaterra, Margarita de Austria... en fin ¡Margaritas hay en todos lados!

A todos nos contaron el cuento de la princesa perdida ¿no?

Bueno, lamento informarles que mi cuento no es para nada un cuento de princesas.

Y es que, ¿cuándo has visto tú a una princesa despertándose a las 6 de la mañana, bañándose con tobo porque no hay agua, agarrando una camionitica para bajar del cerro en el que vive e ir al liceo, aguantándose el violín de la gente, con el celular bien guardadito no vaya a ser que algún amigo de lo ajeno se vaya a enamorar de él, y trabajando después de la escuela ayudando a un montón de chamitos con sus tareas? Nunca, ¿verdad?

Así que créanme, este cuento no es para nada uno de princesas.

Aunque bueno, casi era un cuento de princesas, mi papá casi es rey ¿se lo imaginan? ¡porque yo la verdad no!

En tal caso es un cuento de condes. Un cuento en el que la Floricienta y el Conde se enamoran y tienen a sus Condoritos, aunque ese es un cuento viejo. ¿Lo conocen?

Por si no lo conoces te lo resumo:

Hace 19 años una joven prácticamente huérfana Flori(cienta) llega a la mansión de los Fritzenwalden a trabajar como niñera de los 5 fritzenwaldencitos.

El Fritzenwalden mayor, Federico, estaba comprometido con una chica llamada Delfina, que por una de esas cosas de la vida terminó siendo la media hermana de Flor, siendo esta última, por ende, una de las herederas de la fortuna Santillan.

Un año después, en un trágico accidente, muere el ya esposo de Delfina, dejándola a ella y a un conocido, Máximo Augusto Calderon de la Hoya, conde de Kricoragan, a cargo de sus hermanos.

Ahí es cuando surge el amor entre el Conde y la Floricienta ¡y el resto es historia!

Fruto de ese amor nacimos hace casi 18 años mis hermanos, Andrés y Federico, y yo.

Aunque sea una de las protagonistas de ese cuento, al igual que ustedes me tocó leerlo y no vivirlo.

Y se preguntarán: ¿por qué? Bueno, esa es otra larga historia.

Margarita: otro cuento que vale la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora