Capitulo 3:

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Narra Lauren:

Estaba desayunando tranquilamente cuando mi hermana menor, Maddie, bajó corriendo las escaleras. Sin pensarlo dos veces, me robó mi tostada, a la que ya le había puesto mantequilla y mermelada.

-¡Oye! -exclamé, indignada-. ¡Eso es mío!

Ella, sin inmutarse, le dio un mordisco a la tostada y me miró con esos ojos de despreocupación que tanto me irritan.

-Ay, Lauren, voy tarde a mi clase de inglés -respondió, con la boca llena y una sonrisa pícara.

Sintiéndome frustrada, le dije:

-Pero Maddie, ¡no puedes hacer eso! ¡Era mi desayuno!

-Relájate, solo es una tostada -replicó, mientras se alejaba con mi desayuno en la mano.

Justo cuando estaba a punto de abrirla, algo inesperado ocurrió. Maddie, aún sin controlar del todo sus poderes, hizo un gesto involuntario y la puerta digital de salida chirrió y salieron chispas, antes de apagarse completamente.

-¡Ay, no! -gritó, mirando la puerta con preocupación-. ¿Qué he hecho ahora?

-Maddie, por favor, ¡ten cuidado! -le dije, intentando mantener la calma mientras me levantaba de la silla.

-Lo siento, no sé qué me pasó -respondió, mordiéndose el labio, evidentemente avergonzada.

El estruendo resonó en la casa, un eco aterrador que hizo que el corazón de Drac latiera con fuerza. Desde su habitación, se levantó de un salto, los ojos brillantes con una mezcla de preocupación y determinación.

-¡Maddie! -gritó, corriendo hacia la sala. Su voz vibraba con la urgencia del momento.

Al llegar, vio a Maddie arrodillada frente a la puerta digital, su expresión de frustración marcada por un destello de desesperación. La pantalla parpadeaba en rojo, indicando que la cerradura había fallado.

-¡Drac! -exclamó, girando la cabeza hacia él-. ¡No puedo desbloquearla!

Drac respiró hondo, sintiendo cómo el tiempo se ralentizaba a su alrededor. Aunque había dominado mejor sus habilidades para controlar el tiempo, sabía que en esa situación, su poder no era suficiente para reparar la tecnología.

-Déjamelo a mí -dijo, acercándose con pasos firmes-. Vamos a hacerlo juntos.

Maddie lo miró, sus ojos llenos de incertidumbre. Ella siempre había sido la experta en tecnología, mientras que él lidiaba con las complejidades del tiempo.

-Pero... ¿y si la dañamos más? -preguntó, su voz temblando ligeramente.

-Confía en mí -respondió Drac, sintiendo una oleada de confianza. Extendió la mano hacia la pantalla, concentrándose. El tiempo se detuvo por un breve momento, permitiéndole observar el panel digital y los circuitos internos.

Maddie se quedó a su lado, sintiendo la tensión en el aire.

-¿Puedes hacerlo? -preguntó, su voz un susurro.

-Sí -afirmó Drac, con una certeza que lo sorprendió a sí mismo. Con un movimiento preciso, presionó los botones en el orden correcto. El tiempo volvió a fluir, y la pantalla mostró un destello verde. La puerta se desbloqueó lentamente, revelando el caos del otro lado.

Maddie soltó un suspiro de alivio, y su rostro se iluminó.

-¡Lo lograste! -exclamó, abrazándolo con fuerza.

Drac sintió una mezcla de alivio y orgullo, y una chispa de emoción recorrió su cuerpo.

-No fue solo yo -sonrió, alejándose un poco para mirarla a los ojos-. Somos un equipo.

Más allá del encuentro ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora