El Toro de Creta

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El siguiente trabajo, asignado por el dios Shiva, fue similar a la de la cierva y el jabalí. Esta vez era un toro blanco que vivía en Creta, donde, si conocen un poco de historia, sabrán que vivió el Minotauro al cual se enfrentó Teseo. Se le atribuía al toro la paternidad de esta criatura, producto de su unión de la reina Pasifae debido al enojo del señor Poseidón contra su esposo, el rey Minos. Estas no son más que calumnias inventadas por los atenienses contra el buen nombre de Poseidón...y el rey Minos, supongo.

En primer lugar, Teseo y Minos vivieron varias generaciones antes que nuestro héroe, siendo que Teseo secuestró a la pequeña Helena de Esparta, quien luego sería conocida como Helena de Troya. En segundo, si recuerdan la historia de Alcides, sabrán que el legendario Aquiles le inspiró para beber la ambrosía. Este héroe luchó en Troya, mucho antes de que el chico naciera. En tercera, ¿por qué el señor Poseidón perdería su tiempo con una venganza tan boba, si bien podría simplemente haber hundido Creta?

El Rey Minos en realidad ni siquiera se llamaba así, ni era hijo de Zeus. Minos es la palabra que los antiguos cretenses usaban como rey, pero sus enemigos, los atenienses, no registraron este detalle. Si era muy cierto que el rey que poseía el minotauro sacrificaba jóvenes a la bestia, pero esta no era producto de esa unión tan macabra. Era un príncipe llamado Asterion, hijo de dicho rey, que fue víctima de una maldición cuando nació, aunque nadie sabe con certeza quién maldijo al pequeño.

De vuelta a nuestra historia: Shiva fue muy específico al ordenar que el Toro no podía ser, bajo ninguna circunstancia, asesinado. No solo las vacas eran muy queridas entre su panteón, sus esposas también le habían dejado muy claro que no le convenía otro incidente como el del león. Además, había visto que el chico en efecto era fuerte.

Viajó en un humilde barco pesquero ateniense hacia Creta. En el camino, entretuvo al pescador y a sus hijos contándoles sobre las criaturas que había visto, mientras que los cuervos apreciaron que les ofrecieran comida también, aunque intentaron no hablar mucho.

"Ese toro no es tan agresivo como los otros monstruos que usted enfrentó, señor Alcides "le dijo el hijo más chico del pescador

"A veces se acerca a las personas para que le den frutas, aunque suele huir si alguien quiere atraparlo "añadió el hijo mayor "pero parece que no le gusta el color rojo, siempre ataca a las sirvientas del rey Minos que van a tender su ropa roja, aunque no ha lastimado a ninguna "

"Se come las cosechas y le gusta derribar las flores del palacio del rey "comentó el pescador "realmente solo le causa problemas al rey Minos"

Dejaron a nuestro héroe y a los cuervos en la playa antes de irse a pescar. Alcides les agradeció

"Al menos no debo matar al toro" se sentiría mal matando a la criatura, incluso se sintió mal por los polluelos de las aves del Estinfalo.

"Solo vamos, chico "los cuervos tenían un pensamiento similar.

Fue a preguntar al palacio si alguien había visto al toro, pues quizá no sería necesario rastrearlo. Los guardias fueron avisar a su rey, quien autoriza la caza

"Dice nuestro gran Minos que puedes llevártelo. Si logras atrapar a la bestia, te dará un barco para que salgas de aquí con el "anunció uno de los guardas, quien volvió con dos chicas jóvenes "estas sirvientas con gusto te acompañarán "aunque bueno, más de un guardia igual iría sin problemas.

Las sirvientas pidieron ir cada una sosteniendo uno de los brazos del héroe, aunque el prefirió llevar sus canastas para que no les pesaron. Los cuervos rodaron los ojos, el chico era demasiado inocente sin duda. Ni siquiera parecía entender por qué las jóvenes insistían que podía dormir en la habitación con ellas si lo deseaba.

Uno de los cuervos se posó en su hombro para explicarle. Sus mejillas de pronto estaban más rojas que el nuevo color de su cabello, pero para su suerte, dieron con el toro, que simplemente comía tranquilamente algunas aceitunas que crecían en el jardín del rey.

Era un toro enorme, pero no tan grande como el jabalí. Sus cuernos eran tan largos como los brazos del dios, y extremadamente fornido. Era tan alto como Alcides en ese momento.

"Sería perfecto para los saltos si pudiéramos capturarlo "dijo una de las chicas. Este era un deporte popular en Creta, igual que le barbárica tradición de los matadores.

"Me podría dejar una de las prendas?" Preguntó, al recordar lo que le habían dicho los pescadores, y notó que varias de las que llevaban eran rojas.

"Oh de acuerdo, pero cuidado, son de nuestro Minos" Alcides, siendo griego, seguía creyendo que Minos era su rey.

Tomó la prenda y les dio la canasta "Lo tendré, pero mejor aléjense "no quería que las jóvenes se lastimaran, aunque no se fueron tan lejos

"Parece que les gustas "rio uno de los cuervos, aunque las chicas no le escucharon

Ahora, es un mito esto de que los toros odien el color rojo. Los toros ni siquiera pueden ver el color. Lo que sucede es que el movimiento de las prendas lo enfadaba, y, debido al estatus del rey, era lógico que tendría varias prendas rojas. Verán, en la antigüedad, no era sencillo teñir ropas. El morado era el color más raro, tanto que lavarlo era complicado y no se dejaría a las sirvientas así nada más. En cambio, aunque el rojo era raro, no era tan valioso. Por lo que, cuando las sirvientas colgaban las prendas rojas y estas se movían, el toro atacaba.

Pero no había movimiento, y el toro ignoró a Alcides cuando él se le acercó con la ropa roja. Ni siquiera quería huir, ya que el chico no había intentado lastimarlo. Se acercó y le lamió el rostro, haciéndolo reír

"Buen, vienes conmigo" simplemente alzó al toro, que al principio intentó resistirse, pero parecía estar feliz siendo cargado y simplemente se relajó.

"Y ya? ¿Eso fue todo?" Preguntó el cuervo blanco

"El cuervo habló?" Preguntó una de las jóvenes

"¿Estás viendo como el apuesto griego carga al toro, y preguntas por el cuervo?" Le dijo su compañera. Simplemente volvieron al palacio tras atraparle

El rey cumplió su promesa, y le dio un barco a Alcides, además de una tripulación para que lo llevaran. Cuando entregó al toro, Shiva decidió regalárselo a su hijo Ganesha, de nuevo decepcionando a uno que otro dios que esperaba un festín con la criatura, lo cual fue un alivio para nuestro héroe.

Los cretenses luego dirían que nuestro héroe tuvo más dificultades para domar al animal, para no quedar como débiles. Por alguna razón, luego se dijo que el toro de Maratón, al cual Teseo había derrotado, era el mismo que este toro. Cómo se explicó antes, esto simplemente era una tontería. Lo curioso es que nadie sabe de dónde vienen ambos animales, quizá simplemente nacieron como otros y alcanzaron un gran tamaño, sin ninguna intervención divina.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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