Capítulo 8.

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Kai.

El fin de semana largo había terminado, mamá no había hecho muchas preguntas sobre el gatito que ahora nos acompaña, solo me recalcó que debía de ser responsable y atenderlo.

Alex y yo lo habíamos llevado al veterinario el lunes siguiente, el pequeño Embers resultó estar muy fuerte y sano.

Ahora era martes y debíamos de volver a la escuela, por lo que ahora estaba dispuesto a salir de casa aún siendo un poco temprano por la mañana, Embers maullo por un poco de atención en la escaleras una vez que baje acaricie su cabeza, su cuello ahora tenía un collar verde menta que Alex le había comprado, me despedí de él con un pórtate bien y salí de casa.

Estábamos a finales de septiembre, pero ya se sentía el frío característico de octubre, siempre he sido una persona muy friolenta, Alex siempre se queja de esta época porque todos su suéteres desaparecen y aparecen en mi casa, no iba a mentir, amo utilizar los suéteres de Alex todo el tiempo, pero creo que ahora solo podré utilizarlos en casa.

Finalmente llegué a la escuela y sin muchas ganas de estar allí, caminé hasta mi salón, Oliver y Camile ya se encontraban allí, me senté junto con ellos y empezamos hablar sobre temas triviales, hasta que saqué el tema de mi nuevo bebé mostrándoles las fotos del Ember.

—¡Dios! Que lindo es—comentó Camile tomando mi teléfono y mostrándoselo a Oliver que puso la misma expresión de ternura, note algo de como ambos tomaban mi teléfono y sus manos se tocaron una a la otra, rápidamente Camile la alejó con un ligero sonrojo, mientras Oliver carraspeó la garganta, mi cara era de total confusión.

—¿Qué fue eso?— cuestioné mientras me entregaban mi teléfono.

Antes de que los dos respondieran, la puerta se abrió entrando por ella un chico ya familiar de cabello castaño, me quedé perplejo de lo bien que se veía, cada día se ponía más guapo o tal vez soy solo yo y el que me pone mal.

Paso detrás mío y casi tuerzo la cabeza para seguir viéndolo. A

—Yo no creo que hayan terminado—mencionó Oliver bajito pero no lo suficiente para que yo no escuchara, esa era la mentira que les habíamos dicho para no dar explicaciones más largas de porque estábamos alejados en la escuela— Si terminas con alguien no te le quedas viendo como si se te cayera la saliva por el.

—No se me cae la saliva por él.

—Y yo soy el rey de tepelocongo el chico.

Antes de responder y poder defenderme de las idioteces de Oliver, la profesora de la primera clase entro, me acomode en mi lugar, los 4 simios entraron después, cada día junto con ellos se volvía un tortura, mientras la maestra saludaba y acomodaba sus cosas pasaron junto conmigo pateando mi mochila en el proceso.

La clase empezó, la maestra explicaba el tema de biología y todo la escuchábamos atentamente, realizamos un ejercicio en nuestros cuadernos, Eleanor se puso de pie para que la maestra pudiera revisar el trabajo, cuando regresó volvió a patear mi mochila que para mí mala suerte estaba abierta haciendo que de ella saliera mi sketchbook de ella, Eleanor se agachó para juntarlo y empezar a revisar el contenido de este.

—Dámelo por favor.— dije con autoridad hacia ella esperando que me lo entregara.

—Déjame verlos un momento más— siguió viendo el contenido con burla, trate de arrebatárselo en un momento desesperado.— ¡Hey! No seas grosero, solo quiero ver cuál es tu diversión rarito ¿Por qué no haces mi tarea de arte?

—Qué me lo entregues ya— levanté la voz un poco sin gritar llamando la atención de los que estaban cerca incluyendo a Oliver, Camile y Alex.

—¡¿Y si no quiero que?! ¡No te atrevas a gritarme!

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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