Emergiendo de la esfera dorada que se desvanecía en el aire lentamente, Roland sostenía en brazos a su pequeño hijo. En ellos se notaba un cambio significativo, pues la energía de aquel misterioso lugar aún permanecía a su alrededor. Para ellos, todo lo vivido en el jardín infinito había durado semanas, quizás más; en el mundo real, sin embargo, solo habían sido unos instantes.
Joseph:
En el momento en que regresamos mi padre y yo de aquel fantástico lugar, noté que mi percepción y mis sentidos habían cambiado enormemente. Ahora no solo sentía a las personas, los seres vivos o los espíritus; todo a mi alrededor mostraba una nueva faceta, como si el flujo de los elementos y la energía primordial del mundo se desplegara ante mí.
Antes de que pudiera observar mi entorno con nuevos ojos, sentí un peso que se abalanzaba sobre nosotros. Mi mamá, Arneil, nos abrazó con tanta intensidad y desesperación que no supe cómo reaccionar en ese momento. Por suerte, papá, con un cálido abrazo, sujetó a mamá con su otro brazo y nos envolvió entre su pecho y yo, haciéndola sentir que ambos estábamos a salvo.
-Joseph... Roland... -murmuró mamá, conteniendo el llanto-. ¿Están bien, verdad? ¿Cómo se sienten? -preguntó con ansiedad.
-Estamos bien, cariño -respondió papá con una sonrisa-. Lamento haberte preocupado todo este tiempo, pero finalmente logramos volver.
¡Está bien! Fue terrible sentir que podía perderlos a ambos en un instante -dijo ella, con lágrimas en los ojos, mientras se apartaba un poco para sujetarme el rostro con sus manos y examinarme, buscando alguna señal de daño-. ¿Cómo te sientes, hijo mío? ¿Te duele algo o sientes alguna molestia?
-Estoy bien, mamá. No me pasó nada malo. Perdona por preocuparte tanto en el tiempo que estuvimos fuera - respondí con un poco de vergüenza, al darme cuenta de que alguien más también nos observaba desde atrás.
Mamá frunció el ceño, confundida.
¿A qué te refieres con "el tiempo que estuvieron fuera"? Solo pasaron unos minutos desde que esa energía los envolvió por completo en una esfera dorada.-¿Cuánto tiempo dices que ha pasado? - preguntó papá, perplejo.
Nos explicó que en realidad solo habíamos estado fuera unos instantes. Papá y yo sabíamos que eso no podía ser, pero tampoco teníamos manera de explicar lo sucedido en aquel lugar. Antes de que papá pudiera contarle a mamá sobre nuestra experiencia, una voz femenina y firme lo interrumpió.
Una mujer joven de aspecto noble estaba de pie cerca de nosotros. Su complexión esbelta casi igualaba la altura de mamá, y lo más llamativo era su largo cabello, que empezaba en un tono azulado y se tornaba morado en las puntas. Su energía fluía con fuerza; podía sentir que era una persona poderosa, posiblemente del mismo nivel que mis padres.
Con una leve tos, llamó nuestra atención.
-Es bueno ver que todo está bien... No logro entender cómo, después de sentir una energía tan abrumadora, esta desapareció por completo. ¿No les pasó nada? -dijo ella.
Papá, que no se había percatado de su presencia, retrocedió sorprendido, casi tropezando.
-Chro... Chrona... ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
-¿Qué quieres decir? He estado aquí desde que salieron de la esfera - replicó ella, visiblemente molesta.
-¿En serio? ¿Y por qué no dijiste nada? Casi creí que estaba viendo una visión -bromeó él.
Con una expresión irritada, Chrona se acercó y le dio un leve tirón de oreja, reprendiéndolo por su distracción. La escena me pareció divertida, así que miré a mamá, quien también sonrió al verlos.
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Crownless
RandomEn un mundo donde la magia lo gobierna todo, donde las razas se erigen en un estricto orden de poder, el destino de un niño desafiará el equilibrio del universo. Este mundo, situado en la encrucijada entre lo medieval y lo moderno, alberga siete raz...